Doce locales comerciales a estrenar fueron desmantelados a metros de una comisaría
Vidrios rotos, puertas forzadas, instalaciones saqueadas y estructuras deterioradas dan cuenta de un emprendimiento privado que terminó reducido.
A pocos metros del cementerio San Miguel, en la intersección de calle Dr. Ortega y Meglioli, en el departamento de Rawson, se alza un panorama desolador: un complejo de 12 locales comerciales a estrenar quedó completamente abandonado y fue blanco de reiterados hechos vandálicos. La imagen es impactante. Vidrios rotos, puertas forzadas, instalaciones saqueadas y estructuras deterioradas dan cuenta de un emprendimiento privado que terminó reducido.
La situación se vuelve aún más alarmante por su cercanía con un puesto de seguridad y una comisaría. A pesar de ello, los delincuentes actuaron sin impedimentos. “Arrasaron con todo”, explicó el equipo de Canal 13 que recorrió el lugar. Las puertas de blindex fueron destrozadas en su totalidad, las llaves térmicas desaparecieron, cables y grifería fueron robados y los baños quedaron inutilizables. Incluso algunos locales fueron abiertos completamente por los atacantes, quienes se tomaron el tiempo de cortar los cables con herramientas como pinzas o alicates.
En ese predio, alguna vez funcionó una pañalera. Fue el único emprendimiento que logró abrir sus puertas. Sin embargo, la inseguridad constante lo obligó a cerrar. “Era el único valiente que se animó a alquilar”, relataron desde el móvil. Otro comerciante, que había instalado rejas con la intención de inaugurar, también desistió tras ser víctima de robos.
Lo más grave es que este proyecto comercial no fue desarrollado con fondos públicos, sino por inversión privada. La falta de presencia efectiva del Estado en materia de seguridad generó un deterioro imparable en una zona que, además, se encuentra rodeada de baldíos y cañaverales, factores que facilitan el accionar delictivo.
El emprendimiento, pensado como un polo comercial frente al cementerio, hoy es testimonio del fracaso de las políticas de seguridad en la zona. Mientras tanto, las estructuras vacías siguen siendo desmanteladas sin control, y el sueño de un centro comercial se desvanece entre escombros y abandono.