En menos de una semana, San Juan fue escenario de al menos dos amenazas de bomba en establecimientos escolares, lo que activó intensos operativos policiales. El licenciado Maximiliano Calderón, comisario inspector y subjefe del D-2 de CISEM 911, explicó cómo se recepcionan estos llamados y cuál es el protocolo que se sigue.

“Contamos con un call center atendido por personal civil, capacitado por personal policial”, detalló Calderón. “Esos operadores civiles están supervisados por policías, y a partir de esa evaluación y tipificación del llamado, se actúa en consecuencia”.

Ante la consulta de qué sucede cuando entra una amenaza de bomba, el comisario fue contundente: “No se desestima nunca, aunque parezca una broma o por la forma en que se habla. Se actúa sí o sí”.

Una de las claves de la respuesta inmediata está en la tecnología: “Contamos con geolocalización. El llamado impacta en un GIS, en un mapa digital, que nos da la latitud y longitud del emisor. Con eso, en cuestión de segundos ya tenemos esa información, con un margen de error mínimo”, explicó.

Ese dato es clave para despachar con rapidez los recursos necesarios: “En esos breves segundos ya se pone en marcha el sistema. Se despacha directamente con las agencias policiales, con las ambulancias y con quienes tienen que intervenir, porque el lugar debe ser evacuado de inmediato”, indicó.

Calderón aseguró que todo queda registrado: “El número de teléfono, la geolocalización, la grabación del llamado... toda esa información se traslada inmediatamente a la parte investigativa, lo que nos da una gran ventaja para esclarecer los hechos”.