¿Te imaginás un dólar a 200 pesos?

A diferencia de Nicolás Dujovne, que llegó con la estelaridad de la televisión por cable y sus vínculos con los mercados, el nuevo ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, llega sin alfombra roja y dispuesto a enfrentar algunos escenarios dignos de alarma. Curiosamente, es posible que le aporte una cuota de sensatez al gobierno de Mauricio Macri, en procura de evitar volantazos desesperados de campaña, que terminen incendiando peor el país.

Lacunza cuenta con el respeto de sus colegas, aún los de la oposición como Guillermo Nielsen y Emanuel Álvarez Agis, básicamente porque no es un economista afín a la timba financiera ni un ortodoxo de las recetas que bajan rígidas desde el Fondo Monetario Internacional. También, lo miran con cierta compasión por aceptar ponerse al frente de una cartera que ofrece más nubarrones y tempestades que aliento y aplausos.

La prensa porteña reveló que Lacunza le presentó tres escenarios posibles al presidente Mauricio Macri en la reunión que mantuvieon este lunes feriado en la quinta Los Abrojos. Uno, de victoria y continuidad. Otro, de derrota. Y el tercero, más preocupante, el de una retirada por la ventana. El flamante ministro le habría planteado al gabinete que si siguen las medidas electoralistas como las de la semana pasada, eso sería garantía de una catástrofe peor.

Cabe preguntarse si alguien dentro de Cambiemos sería capaz de abonar la vía del caos, como revancha, como denunció el ex presidente del Banco Central, Martín Redrado. Según el economista, fue el propio presidente quien, preso de la frustración, el día posterior a las primarias dio la orden de liberar el dólar sin techo. Difícil saber cuánto de verdad tengan esas afirmaciones. A uno le cuesta creer semejante irresponsabilidad o, peor aún, tremendo nivel de perversidad. En todo caso, es algo incomprobable.

Por suerte el presidente tuvo una reacción. Tardía y oportunista, es verdad. Pero empezó a tomar decisiones para aliviar aunque sea transitoriamente a las millones de familias castigadas por los años de ajuste impiadoso. Ahora, Lacunza llegó con las medidas ya en curso, sin margen para desandar el camino. Lo primero que planteó en la reunión, según publicó el sitio La Política Online, es que no queda lugar para seguir con los "alivios".

El costo de un desmanejo sin respaldo fiscal suficiente significaría una escalada del dólar a 200 pesos. Entonces, cuando Alberto Fernández dijo la semana pasada que el dólar a 60 pesos parecía razonable, se puede entender que lo que hizo fue ponerle un techo a las especulaciones. O al menos lo intentó. Ahora se suma Lacunza con la sugerencia de regular fuertemente el mercado cambiario para evitar otra corrida.

En Banda Ancha el economista sanjuanino Fabián Saffe elogió también al exministro de María Eugenia Vidal. Consideró que el nuevo funcionario termina de consumar el giro de política económica del gobierno macrista, que pasa de la ortodoxia absoluta a la heterodoxia. Esto es, dejar un poco de lado aquellos dogmas del libre mercado y fijarse un poquito más en la gente, sin el pudor de ser tildados de "populistas".

Pero Saffe dijo además que no podemos esperar estabilidad. La incertidumbre va a seguir. La inestabilidad monetaria también. El resultado inmediato será la mayor demanda de dólares, de pequeños, medianos y grandes ahorristas. Cómo lo vaya a manejar Lacunza, empezaremos a verlo a partir de este martes. Mientras tanto, vale imaginarse los escenarios posibles. El nuevo ministro ya los tiene más o menos claros. En los tres, estamos todos adentro.

JAQUE MATE