OPINION

Un laburante para la Corte

El fiscal general Eduardo Quattropani suma pedidos para postularse. Posiblemente sea simbólico. No se trata de un nombre propio en particular. Sino en un estilo de trabajo que el máximo tribunal necesita urgente.
miércoles, 6 de diciembre de 2017 · 14:00

Por Daniel Tejada

"Mauricio Ibarra quiso jugar al misterio. Pero en milésimas de segundo
recalculó la estrategia y terminó haciendo pública su preferencia para cubrir
la vacante que dejó el investigado Juan Carlos Caballero Vidal.

"Tengo la persona que hace rato considero que debe estar en la Corte. Lo
he hablado personalmente con él. También lo he hablado con el
gobernador. Considero que debe ser la persona que modernice el Poder
Judicial en la provincia", dijo el rawsino ayer en Banda Ancha.

Y siguió: "Es una persona que conoce, que tiene el coraje, la vocación.
Estuvo de los dos lados del mostrador. Imaginate un cortista que a las 11 de
la noche lo llame a un juez".

En el juego de las adivinanzas, terminó admitiendo que se refería al actual
fiscal general, Eduardo Quattropani, jefe de los fiscales y cabeza de la
Justicia de Flagrancia que -lo dijo una encuesta- tiene alrededor del 90% de
aprobación entre las víctimas.

No es la primera vez que se echa a rodar el nombre de "Jimmy" Quattropani
para integrar el máximo tribunal. El fiscal, la mayor parte del tiempo, tuvo
solamente cuestionamientos hacia sus colegas juristas del segundo piso del
Palacio de Justicia. Los criticó por morosos, por lentos, por mirar por
encima del hombro el deterioro del servicio a los ciudadanos.

Que entrara Quattropani en el lugar de Caballero Vidal es apenas una
aventurada idea de Ibarra y de algunos otros, que ni siquiera el fiscal
general ha aceptado. Al menos no lo ha hecho en público. Y aunque lo
hiciera, aunque resolviera inscribirse ante el Consejo de la Magistratura, su
recorrido podría terminar en rebote político en la Cámara de Diputados.

Es sabido, sin acuerdo de los sectores mayoritarios nadie se convierte en
magistrado, ni de primera, ni de segunda, ni de ninguna instancia.
Quattropani, bien relacionado, no tiene certezas, como cualquier otro.
Salvo que.... Salvo que suene el teléfono que tiene que sonar.

Pero aquí no se trata de Quattropani. El fiscal general debería prestarnos su
nombre -y nos disculpamos por hacer este uso- para definir el perfil que
está necesitando la Corte, que pide a gritos una renovación no solamente de
rostros sino fundamentalmente de métodos.

Para graficar esto último, vale reproducir una anécdota. Me contó un
dirigente cuya identidad debo preservar, porque hablamos off the record, un
episodio que le tocó protagonizar al único integrante nuevo de la Corte,
Guillermo De Sanctis.

Acostumbrado al debate parlamentario, al diseño de leyes para el Poder
Ejecutivo, al litigio en su estudio jurídico primero y en la Fiscalía de Estado
después, De Sanctis no mide la extensión de sus conversaciones. En una
reunión con sus pares cortistas, uno de ellos lo interrumpió en seco.
Palabras más, palabras menos, le dijo: 'Doctor, a tal hora me tengo que
retirar'. El mensaje, traducido, era: vamos abreviando, que se enfría la sopa.

No. No se trata de Quattropani. Nada más y nada menos, se trata de buscar
un laburante para la Corte. Se llame como se llame".


JAQUE MATE
 

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