Del desalojo a la política

Por Daniel Tejada

¿Cómo desandar lo andado? ¿Cómo cortar el círculo que empieza con la imposibilidad de acceso a la vivienda, la decisión de usurpar un terreno, armar ranchos con lo que se pueda y esperar la erradicación del asentamiento y el traslado a un barrio del IPV?

Estas dos preguntas que se sintetizan en la primera -¿cómo desandar lo andado?- deberían hacerse por estos días quienes nos gobiernan, en el ámbito nacional, provincial y municipal. Porque el problema es estructural. Y no se arregla de un día para el otro.

El caso más reciente quedó al desnudo por la lluvia del martes a la noche. Asentamiento La Paz, le pusieron. Son unas 300 personas las que ingresaron a un predio privado en Pellegrini casi Calle 5, en el extremo sur de La Bebida. Lógicamente, fueron horas de terror. Con el fango hasta los tobillos. Y el riesgo constante de sufrir una descarga eléctrica, porque ellos mismos confesaron que algunos están colgados ilegalmente de la línea de Energía San Juan.

En la frase hecha de "queremos una solución", fue implícito el pedido de tantos otros, en situación semejante o pagando un alquiler que les chupa la sangre mes tras mes. Una solución se traduce, siempre, en una casa. 

Posiblemente estarás pensando que el techo propio sea lo más sagrado, la materialización del hogar. Y que se gana con el esfuerzo propio. Que no viene de arriba. Que no llueven ladrillos. Que la vida no es así de fácil.

Pero también es cierto que, en la consecución de los bienes mínimos e indispensables para llevar una vida digna, algunos arrancan la carrera con ventaja, y a otros les pegaron un balazo antes de acercarse a la largada. Por cuna, por origen, por oportunidades, habrá sanjuaninos, habrá argentinos, que estén siempre diez pasos adelante.

Ahí aparece el Estado. Y no estamos hablando desde una perspectiva ideológica, solamente. Sino una cuestión de rango constitucional. Está en el remate del artículo 14 bis de la Constitución Nacional, "el acceso a una vivienda digna", como una de las garantías que debe ofrecer el Estado.

Con algunos, se ha cumplido. Con muchos. Con otros no. Y como los recursos son siempre escasos, y la necesidad desborda, la balanza lleva décadas desnivelada. Renunciar a corregir ese problema, sería tanto como bajarle la persiana al país. Si el Estado no está en condiciones de garantizar el acceso a la vivienda, habrá que sincerar también el texto constitucional. Y que cada uno se las arregle como pueda.

¿Qué va a pasar con los usurpadores del asentamiento La Paz? El caso ya está judicializado. El propietario hizo la denuncia y ahora depende del juez actuante tomar alguna medida. Debería proceder el desalojo. Porque están cometiendo un delito y es innegable.

También es innegable todo lo anterior. Si el juez tiene que aplicar la ley y desalojar por la fuerza, tendrá que hacerlo. La política tendrá que dar la otra respuesta. Bastante más difícil, por cierto.

JAQUE MATE