OPINION

Grieta, con la celeste y blanca no

Macri no pudo ir a Santa Fe por temor a algún incidente. En San Juan el acto por el Día de la Bandera tuvo como marco la convivencia política. Por una vez la normalidad se convirtió en noticia.
jueves, 21 de junio de 2018 · 18:40

Por Daniel Tejada
Canal 13 San Juan

En estos días de mundial y efervescencia futbolera, he escuchado a hinchas de River pedir por Pavón y a fanáticos de Boca, implorar por Armani. Sampaoli no escuchó a ninguno, pero el caso es que la camiseta celeste y blanca tiene ese poder superior de lavar aunque sea por unos días la irreconciliable rivalidad, que tantas veces cobró con sangre los absurdos enfrentamientos dentro y fuera de las canchas, a punto tal de que todavía son noticia los partidos de AFA con público visitante. Un desquicio, pero parte de nuestra identidad agrietada.

En la política también entramos en una etapa de divisiones que si alguien alguna vez entendió que podía aprovechar para beneficio personal, hoy se estará dando cuenta de que es incontrolable. Y sus efectos, impredecibles. 

No es que la división interna en este país sea invento del siglo XXI. Tiene que ver con el origen mismo de nuestra Nación, cuando realistas y patriotas dirimieron sus diferencias con el sable en la mano. Después unitarios y federales. Y así seguimos escribiendo una historia de folklore a dos aguas. Hasta llegar al kirchnerismo versus macrismo, con un abanico de grises en el medio que termina siendo etiquetado contra su propia voluntad, porque llegó el punto en que salirse de la bipolaridad parece inaceptable.

Es cuanto menos una mirada equivocada. O una vil manipulación del marketing político, a través de la hegemonía mediática, que claramente se salió de control. Si no, ¿qué explicación tiene que el presidente de la Nación, Mauricio Macri, haya tenido que faltar al acto tradicional por el Día de la Bandera en el monumento de Rosario? Lo dijo la Casa Rosada oficialmente y luego lo ratificó el gobernador santafecino Miguel Lifszchitz: había temor de que un grupo de gente empañara el acto con insultos al primer mandatario. Una locura total.

Sin embargo, el presidente se acostumbró a los actos con vallados distantes. Lo que ocurrió este 20 de junio fue que todo quedó a la vista. También el sujeto que empuñando un cuchillo llegó al palco oficial en Rosario y terminó reducido por fuerzas de seguridad. Pudo haber sido un hecho aislado de un loco suelto. O no.

En contraste, tuvimos en San Juan una celebración del Día de la Bandera como antaño: con chicos de cuarto grado prometiendo lealtad a la enseña patria, junto a los cadetes de la Policía y los soldados del DIM 22. El tema fue evocar a Manuel Belgrano. Y aplaudir el paso de las escuelas y las agrupaciones tradicionalistas. Como siempre fue y como, tristemente, no pudo ocurrir a nivel nacional.

Claro, para que esto haya sido posible, hubo decisiones políticas tomadas: el gobernador Sergio Uñac eligió un municipio gobernado por Cambiemos, por el macrista Leopoldo Soler. El intendente le dio la bienvenida como corresponde. El pocitano recibió el afecto de los ulluneros. Pura normalidad.

Sin embargo, en los tiempos que corren, tanta normalidad pasó a ser noticia. Y no podríamos ignorar que al menos aquí en San Juan, la grieta no pudo con la celeste y blanca. Igual que con la Selección.


JAQUE MATE

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