OPINION

Ayudamemoria de látex

Que un alumno llevara y distribuyera preservativos en la Escuela Normal San Martín encendió la mecha del debate. La moraleja es que el Estado debería ponerse en la avanzada de la educación sexual. Pasará tarde o temprano.
viernes, 17 de agosto de 2018 · 11:00

Por Daniel Tejada
Canal 13 San Juan

Menudo escándalo desató Facundo Oropel esta semana. Así se llama el alumno de la Escuela Normal San Martín que decidió llevar preservativos y repartirlos entre sus compañeros y compañeras. Según dijo a Canal 13 en una entrevista exclusiva, su intención fue simplemente la de prevenir embarazos no deseados. Así de simple y sin otra lectura rebuscada.

Sin embargo, su comportamiento provocó la reacción indignada de las autoridades escolares y también del Ministerio de Educación. Le imputaron al joven estudiante Oropel no haber solicitado una autorización a nivel ministerial antes de proceder a la distribución de los profilácticos. O los folletos indicativos que acompañó en su tarea. No bastó que avisara en preceptoría.

El ministro Felipe De los Ríos encuadró la cuestión en el acuerdo escolar de convivencia. Dijo que el pibe transgredió esa norma por no pedir autorización previa, más que por el hecho en sí de haber repartido preservativos. Casi que pesa más la forma que el fondo.

Las cuestiones burocráticas o administrativas quedarán para el ámbito escolar. Para el resto de nosotros, los que miramos desde afuera, la actitud de Oropel fue una acertada y posiblemente inesperada ayuda memoria de eso mismo que discutimos durante meses, con la despenalización del aborto como marco. Rechazada la ley, de un día para el otro dimos vuelta la página. Y a otra cosa.

¿Está mal llevar preservativos a la escuela? ¿O está mal que lo haya hecho un estudiante y no la institución educativa, en un ámbito regulado y planificado bajo la asignatura pendiente de la educación sexual? 

Entre el mal y el bien, nos quedamos con lo positivo. Claramente, esa pequeña piecita de látex todavía es motivo de pudores, de voz susurrada, de charla entre amigos pero pocas veces en familia, o nunca. En la escuela, jamás.

Si tuviéramos que sacar una moraleja de este episodio, debería ser esa: bienvenido el preservativo al aula. Llegará el momento en que el Estado se ponga al frente. Y no sea necesario que un pibe tome la iniciativa, pagando el costo de quedar expuesto y sometido a juicio de todos.


JAQUE MATE

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