OPINION

Es la inflación, estúpido

Una lectura sobre la negociación paritaria docente, en un año marcado por la incertidumbre y la poca credibilidad de los números proyectados para la economía argentina.
jueves, 28 de febrero de 2019 · 12:00

Por Daniel Tejada
Canal 13 San Juan

"Es la economía, estúpido", es una frase que en poco tiempo más tendrá tres décadas. Se utilizó en la campaña de Bill Clinton en 1992 en Estados Unidos como una forma de sintetizar la raíz de todos los males. Si todo fuera culpa o mérito de la economía, posiblemente la vida resultaría más fácil. La realidad es ciertamente más compleja. Pero tendremos que coincidir en que, como dijeron los demócratas de aquel momento, la economía es una de las piedras angulares de lo que nos pasa.

La introducción cobra sentido en esta Argentina del año 2019, justo cuando comienza la negociación de salarios estatales en la provincia, en el umbral del inicio del ciclo lectivo. Lo dijo el ministro de Hacienda, Roberto Gattoni, el martes pasado aquí en Banda Ancha: las variables macroeconómicas del gobierno nacional son, cuanto menos, poco creíbles. Entonces, ¿qué se puede planificar en el corto y mediano plazo? Absolutamente nada. Los sueldos entran en esta espiral de incertidumbre también.

Según la Ley de Presupuesto 2019, este año la inflación de enero a diciembre debería sumar el 23%. Es decir, debería experimentarse un freno drástico en la escalada de precios luego del 47% que se alcanzó el año pasado. Pero, ¿alguien puede creer ciegamente en esta proyección oficial? La respuesta es no. Ni siquiera el equipo de monitoreo del Fondo Monetario Internacional, principal sostén del modelo económico de Mauricio Macri, termina de dar crédito a las metas consignadas.

Las consultoras privadas tampoco adhieren al 23% de inflación dibujado para este año y arrojan una expectativa que ya supera el 30%. Y todavía no cerramos el primer bimestre. Pero los 3 puntos de enero, más los tarifazos previstos, atentan contra la quietud de los precios.

Los sindicatos docentes ayer en San Juan pusieron sobre la mesa esta serie de dudas. Curiosamente la coincidencia con los funcionarios de Sergio Uñac fue total. Ocasionalmente, patronal y gremios están parados del mismo lado. Pero esto no significa necesariamente que la negociación vaya a ser un camino de flores. 

Porque el gobierno sanjuanino tiene la consigna de cuidar el frágil equilibrio fiscal en medio de un tembladeral previsto para 2019 y un 2020 todavía peor, porque llegarán entonces los primeros megavencimientos del FMI. Entonces, soltar la mano con los sueldos estatales, que es un gasto fijo y corriente todos los meses, podría comprometer seriamente las reservas para épocas de vacas flacas. Es decir, más flacas todavía.

Por eso aparece el comodín de la cláusula gatillo. Funciona como garantía de que la discusión de comienzo de año segirá abierta al ritmo de la inflación, sea cual fuere el destino de los argentinos en los meses venideros. Ya funcionó en 2018 y también en 2017.

Sin embargo, el clima de concordia local nuevamente se verá amenazado por la confrontación nacional. UDAP con CTERA y UDA con la CGT tienen mandato de obediencia debida. Y aún cuando aquí hayan llegado a un rápido acuerdo de salarios, tendrán que adherir a la seguidilla de protestas resueltas en Buenos Aires. Porque la carta más fuerte que pueden jugar los sindicatos es nacionalizar su conflicto.

No es el salario. No son las elecciones. No es la grieta. Es la inflación, estúpido.

JAQUE MATE
 

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