El Vía Crucis de Basualdo

Por Daniel Tejada
Canal 13 San Juan

Autocrítica. Pecado. Disculpas. Fueron tres palabras que usó Roberto Basualdo en un inusual video de 15 minutos que hizo circular este jueves por la noche, para hacerle frente al huracán de cuestionamientos que le cayó encima por su cantera de 60 asesores en el Senado.

El sanjuanino quedó, por lejos, en el primer lugar del ranking de asesores elaborado por el diario Infobae y rápidamente se convirtió en tema nacional en todos los foros políticos. Incluso aquí en Banda Ancha nos hicimos eco con una reflexión titulada "Que se vayan todos, versión 2019".

Basualdo anunció que recortará su planta de asesores a prácticamente un tercio. A partir del 31 de marzo quedarán en su despacho de senador 15 agentes transitorios y 8 de planta permanente. En total serán 23, que es el promedio de los senadores.

Fue reiterativo con el concepto de autocrítica. Pidió disculpas. Explicó larga, muy largamente cómo es la trenza administrativa en el Congreso Nacional que hace que en definitiva los asesores que salgan de su despacho igual quedarán en alguna otra oficina porque tienen estabilidad laboral y para sacarlos habría que iniciarles un sumario. No pasará. El gasto político seguirá igual. Porque el sistema está hecho así.

De hecho, dijo que muchos de los asesores que conformaban la multitud en sus dos oficinas, en la principal y la del Anexo, habían sido tomados por varios otros senadores que se fueron yendo y se los heredaron, porque ya eran inamovibles de todas formas.

Basualdo repitió lo que viene diciendo hace años: que dona íntegra su dieta como senador, que devuelve el dinero que le correspondería por viáticos y pasajes aéreos, que ni siquiera permite que sus asesores le llamen por teléfono cuando está en el exterior para que no figure la comunicación de larga distancia a costas del Estado.

Disculpas. Perdón. Pecado. Casi en clima de Cuaresma, Basualdo buscó ponerle punto final a su Vía Crucis, aún a sabiendas de que no terminará aquí. Es consciente de que el ventilador que encendió con toda la ingeniería burocrática del Parlamento merecerá todavía más cuestionamientos. Porque es natural que así sea.

"La política no es mala. A veces los que hacemos política nos equivocamos. Que no se vayan todos. Que vengan todos a hacer política", dijo el senador en el tramo final, casi poniéndose al frente del Senado que ahora, tras su acción, quedará más en evidencia. ¿Alguien más imitará el gesto y se desprenderá de los asesores, amigos, parientes y compromisos políticos pagados con recursos de todos los argentinos?

Y se despidió con un reproche hacia algunos dirigentes sanjuaninos, sin identificarlos, pero arrimando mucho el bochín. Dijo que "muchos creen que matando a la política les va a ir bien. No les va a ir bien".

Queda la impresión de que Basualdo se golpeó la cabeza contra la pared. Que respetó los "códigos" internos del Congreso, dándole asilo a los compromisos políticos propios y ajenos. Hasta que un día, en campaña, alguien levantó la persiana y entró la luz. Entonces se vio el pecado y el pecador. Por ahora ahí se terminó la fila en el confesionario, aunque el purgatorio es más grande y muchos sigan aguantando agazapados, mientras paga el costo uno solo por todos los demás.

JAQUE MATE