OPINION

Julián Gil se va como llegó

En las 67 designaciones que hizo a modo de despedida el intendente de Caucete, quedó plasmado el mismo descaro por el que se convirtió en noticia nacional al comienzo de su gestión.
martes, 11 de junio de 2019 · 11:00

Por Daniel Tejada
Canal 13 San Juan

Habían pasado apenas 27 días del inicio de su gestión al frente de la Municipalidad de Caucete, cuando el intendente Julián Gil ya se había convertido en noticia nacional. No era por un motivo honroso, ciertamente. Incluso rozó la ironía: era el 6 de enero de 2016, día de Reyes Magos.

Como quien deja los zapatitos al pie del árbol de Navidad, la familia entera del intendente Gil se había hecho famosa en todo el país por haber copado la planta política del municipio. El intendente nombró a su esposa, Carina Solar, en la Secretaría de Acción Social; a su hija, Gimena, de 19 años, como secretaria de Coordinación; a su hijo, de 18 años, como secretario de Deportes, y a su hermano en la Jefatura de Compras. De un saque, en ese hogar no quedó un desocupado.

"Tengo que tener gente de confianza", justificó el intendente cuando tuvo que responder a una entrevista telefónica en el canal TN, en aquel día de Reyes. Curiosamente, cuando Canal 13 San Juan fue a Caucete para poner el micrófono a los vecinos para conocer su opinión sobre la política de que "todo queda en familia", costó mucho encontrar algún cuestionamiento. Será, pensamos en aquel momento, que las comparaciones con las gestiones anteriores no daban para lapidar al recién llegado. Si el costo que había que pagar por una administración brillante era pagarle un salario a cada integrante de la familia del intendente, posiblemente no era demasiado elevado.

Al cabo de los años, el pueblo caucetero le dio la espalda a Gil en las primarias del 31 de marzo y le picó el boleto en las generales del 2 de junio, coronando en las urnas a la concejal opositora que más lo enfrentó, la justicialista Romina Rosas. Ya hemos dicho en estas columnas que la joven dirigente no asumirá con un cheque en blanco, porque la paciencia social se agota. O se agotó.

Entonces, ya con la derrota consumada, trascendió el decreto 041-M/2019, fechado estratégicamente para entrar en vigencia el 1 de junio, con nada menos que 67 designaciones en planta permanente. En ese instrumento aparecieron con su futuro asegurado al menos 21 funcionarios políticos de Gil. Nueve días antes de que asuma la intendente Rosas, esos nombramientos habrán cumplido seis meses de permanencia. Según la regla general de la administración pública provincial, ya tendrán el status de inamovibles.

Sería aburrido mencionar aquí a todos los funcionarios que saldrán bien pagados por su fidelidad política a Gil, que aún en la derrota quedarán asegurados de por vida con un cargo en el Estado. Adjuntamos la nómina al pie de esta columna, en nuestra página web. Más que un escrache, que llegará más temprano que tarde, lo que en verdad le serviría a la gente sería que el intendente revisara su decisión. Que tuviera un rapto de racionalidad y reformulara las designaciones, priorizando al personal con mayor antigüedad y mérito. Claro, el sentido común que acompaña este razonamiento puede también pecar de candidez.

Tristemente Gil decidió irse de la misma manera en que llegó, confundiendo la cosa pública con el living de su casa. Si algo positivo queda de esta amarga experiencia es que no queda margen para obscenidades de esta magnitud. No para él, por supuesto. Tampoco para Rosas ni cualquier otro que venga a futuro.


JAQUE MATE

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