OPINION

Las razones sanjuaninas de Alberto

De boca del precandidato presidencial, quedaron algunas certezas sobre el mensaje que buscó enviar mucho más allá de las fronteras de este pequeño y alejado rincón de la geografía nacional.
viernes, 21 de junio de 2019 · 11:00

Por Daniel Tejada
Canal 13 San Juan

Independientemente de las hipótesis que tejieran los dirigentes sanjuaninos, con el gobernador Sergio Uñac a la cabeza, sobre las razones de Alberto Fernández para iniciar su campaña nacional en San Juan, tras su visita de este jueves quedaron algunas ideas claras del mensaje que buscó enviar mucho más allá de los límites de este pequeño y alejado rincón de la geografía argentina.

La primera línea argumental, la más nítida, tuvo que ver con el rescate de las políticas de Estado sostenidas en el tiempo, partiendo de la primera gobernación de José Luis Gioja en 2003 hasta la actualidad con Uñac. Está claro que uno no es igual al otro, que hay matices e improntas diferentes. Pero también hubo continuidad en los trazos estructurales que, a juicio de Fernández, resultaron definitorios para que San Juan tenga menos de un tercio del índice de desocupación que exhibe tristemente el país.

El 3% contra el 10% de Nación, que se eleva hasta los 12 o 13 puntos en las zonas más críticas de los cinturones suburbanos de las grandes capitales, fue el principal punto de apoyo del precandidato presidencial este jueves. Aunque fue crítico del modelo económico de Cristina, hoy convertida en su compañera de fórmula, rescató las medidas adoptadas en 2003 con Néstor, cuando el escenario era muy similar al que transita el país en 2019. 

En este punto, envió un mensaje categórico al mejor estilo del santacruceño: la salida no es más ajuste, no es seguir apretando a las familias más vulnerables, sino el estímulo a la producción, la generación de empleo y la tonificación del poder adquisitivo de la clase media. Nada nuevo bajo el sol, para quienes experimentaron la primavera K de aquella época.

También envió un mensaje de federalismo hacia el resto de las provincias, justamente desde San Juan. Habló de la necesidad de aflojar la presión impositiva sobre las economías regionales, aunque luego de hacer un análisis serio porque la situación fiscal del país es delicadísima. Con un poco menos de soltura, reconoció que en algún momento habría que abrir la discusión sobre el reparto de la coparticipación, donde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sigue gozando de beneficios muy por encima de cualquier otro distrito. Solo en una tierra tan distante como la nuestra podría haber abordado ese tema.

También se refirió a la necesidad de comprender que el país no puede seguir enfocado hacia el puerto de Buenos Aires, que el paso de Agua Negra es una necesidad ya no de los sanjuaninos sino de todos los argentinos, como el resto de los proyectos de vinculación con Chile a través de la cordillera de Los Andes. Mencionó a propósito que esta política de infraestructura binacional debe ser retomada desde Jujuy hacia el sur, porque hay todo un eje-oeste que necesita ese desarrollo descentralizado y federal.

Podríamos seguir tomando nota del mensaje albertista o fernandista en el virtual lanzamiento de campaña nacional, pero queda fundamentalmente un factor más, cuya omisión sería imperdonable. Hablamos del factor Uñac. El pocitano supo coquetear con una proyección nacional y mantuvo la línea abierta con referentes tan disímiles como Roberto Lavagna, Juan Manuel Urtubey, Miguel Ángel Pichetto, Miguel Lifschitz y los intendentes del poderoso conurbano bonaerense, con la matancera Verónica Magario a la cabeza. 

Ese posicionamiento le permitió al gobernador sanjuanino quedar a la vista de sus colegas de otras provincias, en un abanico amplio. El candidato del Frente de Todos supo también, que esta foto le garantizaba un buen primer paso. Una jugada que solamente suma. Claro, en el interior profundo. Las grandes capitales serán tema aparte.

Por ahora, estas fueron las razones sanjuaninas de Alberto. Tendrá que buscar las otras, que le permitan hacer pie en los territorios más esquivos y de padrón más voluminoso. Aquí nomás, Mendoza, sin ir más lejos.

JAQUE MATE
 

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