OPINION

Otra que Sandra Bullock

La noventosa película "Máxima Velocidad" como metáfora del momento que atraviesa el servicio de colectivos. Cualquier cosa menos detenerse, porque explota.
martes, 2 de julio de 2019 · 11:53

Por Daniel Tejada
Canal 13 San Juan

La clave estaba en no bajar la velocidad a menos de 50 millas por hora, algo así como 80 kilómetros por hora de los nuestros, para evitar que el colectivo estallara por los aires cargado de pasajeros. Ese era el desafío que planteaba aquella película de 1994 protagonizada por Sandra Bullock y Keanu Reeves, que bien podríamos emplear como metáfora del momento que atraviesa nuestro cotidiano servicio de transporte público de pasajeros.

La situación es crítica y la clave, como en aquel reiterado largometraje de TV dominguera, parece estar en no sacar el pie del acelerador, aunque no esté muy claro el destino y haya que hacer algunas piruetas con el coche en movimiento. Todo sea para salvar a la gente. Visto de este modo, la comparación ya no parece tan forzada.

Decimos que la situación es crítica porque lo viene siendo desde hace tiempo, pero se agravó en 2019, cuando el gobierno nacional retiró los subsidios que enviaba a los sanjuaninos para aliviarles el precio del boleto. La Casa Rosada dejó en manos de la provincia la decisión de poner de sus propias arcas los más de 1.000 millones de pesos anuales necesarios para evitar que el pasaje saltara a unos 50 pesos allá por enero, sin anestesia.

Los recursos alcanzaron finalmente para que  San Juan asumiera el compromiso de amortiguar la tarifa, aunque el año recién comenzaba y todavía tenían que venir nuevos obstáculos. La constante suba de combustibles, sin ir más lejos. O la nueva escalada del dólar que impactó de lleno en el mantenimiento de los coches. O la inflación galopante que siguió haciendo presión en la demanda de aumento salarial de los choferes.

Los colectivos se llenaron de pasajeros porque algunos sanjuaninos empezaron a usar menos el auto de la familia, a raíz del incremento permanente del precio de la nafta. La cámara empresaria ATAP no ocultaba cierta satisfacción porque el volumen de usuarios se multiplicó. Pero, a esta historia todavía le faltaba una vuelta de rosca y la realidad, a menudo supera la ficción.

Aunque el boleto quedó fijo durante seis meses, de enero a junio, progresivamente se fue cayendo la cantidad de pasajeros según dijo ayer aquí en Banda Ancha el presidente de ATAP, Ricardo Salvá. La merma se acentuó en la tarde, cuando las personas suelen utilizar el transporte público para hacer alguna visita,  pasear por el centro, o cualquier otra razón vinculada al esparcimiento. Esto también cayó en el saco de los recortes.

Ante este cuadro y el pedido concreto de la Subsecretaría de Tránsito y Transporte, el aumento del boleto aplicado desde este 1 de julio, el segundo del año, se clavó en el 30% aunque según los empresarios debió ser superior. Pero al mismo tiempo, ellos mismos reconocieron que no hay margen para seguir subiendo porque... estalla todo. Revienta el sistema que sin público directamente pierde su razón de existir. Sin gente, no hay ingresos. No hay negocio. No hay salarios ni puestos de trabajo.

La tarifa habrá acumulado un 58% de aumento en todo 2019, contando el incremento de enero y el de julio. Parece más que suficiente, visto desde el bolsillo del que necesita moverse a diario para trabajar y mandar los chicos a la escuela. Sin embargo, los costos de prestación del servicio no tienen techo tampoco y el semestre que queda por delante presenta final abierto. Lo saben los empresarios, lo saben los funcionarios. 

Este miércoles habrá una nueva audiencia de conciliación obligatoria en Buenos Aires para intentar llegar a un acuerdo con los choferes por la paritaria 2018. Falta ese detalle, uno de los que tiene mayor incidencia en la composición de la tarifa. Pero no se puede parar la máquina. Hay que seguir a como dé lugar y estar preparados para sostener el volante con firmeza, hasta el final de la película.


JAQUE MATE

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