OPINIÓN

Carta de un sanjuanino que zafó

Un testimonio que le pone humanidad a los números. Cifras alarmantes con un salto del 151% de casos acumulados en dos semanas.
lunes, 26 de octubre de 2020 · 10:33

"Me la vi fea, fea. No fue fácil. Algún día te contaré. cuidate por favor. Un fuerte abrazo".

En otros tiempos, este habría sido el remate de una carta. Pero en la era digital, el soporte no fue papel sino la pantalla del celular. Fue un mensaje de Whatsapp. Lo escribió un sanjuanino recuperado de Covid-19 a este periodista. No importa quién. Alcanza saber que estuvo internado y que logró salir airoso de la peste, en un fin de semana marcado por la muerte. Contando los tres fallecidos del sábado y los cinco del domingo, la pandemia se cobró ocho vidas en apenas 48 horas.

Testimonios como el de esta persona se multiplican a cada minuto. Es parte de la nueva normalidad. Indeseable, odiosa, temible. Realidad al fin. Este lunes San Juan cumple su primera semana con el título oficial de provincia con circulación viral comunitaria. Este lunes no queda ningún departamento libre de Covid-19, luego de los dos primeros casos detectados en Jáchal.

Los números reflejan la trayectoria de los contagios. Detrás de cada cifra hay personas aisladas, internadas, intubadas, hay personal de salud exigido por la creciente ocupación de camas. Hay también despedidas dolorosas de adultos mayores y no tanto. Hay rostros, nombres y apellidos. Afectos y emociones maltratadas.

Pero la pandemia se cuenta con cifras. Y para ello se deben tomar intervalos de 14 días porque es el tiempo que dura la peste en cada infectado. Es parte del aprendizaje forzoso, útil en esta oportunidad para poder mensurar la situación sanjuanina, en el inicio de esta semana.

Vale comparar los valores de este domingo 25 de octubre con los del 11 de octubre, para tomar un segmento representativo, un recorte suficiente. De 1.388 casos acumulados hace 14 días, San Juan pasó a 3.491. La curva se disparó el 151%. Es decir, se duplicó la cantidad de diagnósticos positivos en menos de dos semanas. Mucho más rápido que el ritmo alcanzado el domingo anterior, Día de la Madre.

Sin embargo, no es el peor indicador. Los pacientes con proceso infeccioso treparon el 202%. Se triplicaron en 14 días, pasando de 865 a 2.616 personas. Mientras tanto, los recuperados, fueron apenas 69% más en el mismo periodo: 462 contra 785. Los contagios suben en ascensor y las altas van por escalera.

En dos semanas hubo un 47% más de fallecidos, pasando de 61 a 90. El peor final con una predecible concentración de adultos mayores, pero también alguna que otra sorpresa, como la muerte de un joven papá de 39 años de edad. Hubo también un 53% más de internados, elevando el número de 75 a 115 en dos semanas. Este dato acredita la presión que está sufriendo el sistema sanitario. Indica directamente la ocupación de camas.

Contra toda esta tendencia, las unidades de terapia intensiva no han tenido una mayor demanda. La variación ha sido mínima, pese al enorme estallido de contagios y al salto de ingresos en los hospitales. Las áreas para pacientes graves siguen estables, según los números oficiales. El domingo 11 de octubre había 29 pacientes en sectores críticos y este domingo 25 de octubre, 27. La conclusión igualmente puede ser triste: los fallecimientos van liberando espacios.

El único guarismo que bajó drásticamente, fue la cantidad de personas aisladas en hoteles. En dos semanas se redujo el 83%. Y esto es un reflejo directo de la flexibilidad para entrar a la provincia. Basta presentar una PCR con resultado negativo de no más de 72 horas de antigüedad o pasar tres días en confinamiento hasta tener el hisopado realizado aquí, para salir en libertad. Lejos quedó la época del cierre extremo. De la tolerancia cero. El virus está circulando aquí como en el resto del país. Las diferencias son apenas un tema de intensidades.

Murió el primer empleado de comercio, el primer bancario, el primer taxista, el primer médico en actividad, como murió el primer abuelo, la primera madre. La mayoría transcurre la infección con síntomas leves. Sin embargo, para nadie resulta gratuito. La angustia del aislamiento es motivo suficiente para no desear el contagio, ni minimizar la peste. Es cierto que los números permiten darle magnitud a la pandemia, pero reducir el drama humano a una tabla llena de porcentajes sería injusto. El miedo no entra en ningún parámetro. Tampoco la pena. Las ausencias, mucho menos.

Buena parte de Europa se acopló al toque de queda nocturno para frenar el rebrote. Este lunes Argentina comienza otras dos semanas de aislamiento y distanciamiento según la zona del país. San Juan continúa en Fase 3, evitando el retroceso. Hay un plano político que no parece encontrar certezas. El Covid-19 trajo desconcierto. No hay modelos para imitar. Tan solo experiencias y circunstancias. Y la expectativa de una vacuna que pueda ponerle punto final.

Mientras tanto, mucho por encima de los números y la política, está el testimonio del que pasó por una internación. Ese que contó en un mensajito de Whatsapp que temió lo peor. Que no fue fácil, aunque algunos sigan empecinados en bajarle el precio a la pandemia. Y que finalmente dejó un pedido personalísimo, pero aplicable a todos y todas: "cuidate por favor".


JAQUE MATE