OPINIÓN

Covid 19, edición 2021

Fernández se mostró muy optimista por la llegada de las vacunas. Pero hay un par de datos que anticipan que tampoco habrá soluciones mágicas de un día para otro.
jueves, 5 de noviembre de 2020 · 10:28

'Nunca estuvimos tan cerca de ponerle fin a la enfermedad', dijo el presidente Alberto Fernández el pasado martes en un acto en Avellaneda, en provincia de Buenos Aires. Lo afirmó en el marco del anuncio de la compra de 25 millones de dosis de vacuna rusa contra el Covid 19. Tanto optimismo pudo generar sentimientos encontrados. Esperanza, necesaria siempre como combustible para seguir adelante, por un lado. Pero también temor. Miedo a que la euforia sea prematura. Que las promesas se vean defraudadas luego de tantos meses de angustia y restricciones.

El presidente debe ser optimista, no obstante. Si él no fuera capaz de creer en su propio plan sanitario y económico para sacar el país adelante, el problema sería todavía peor. Hablar del final de la pandemia equivale a retomar la vida como venía hasta antes del 20 de marzo. Poder volver a clases presenciales sin la limitación de las pantallitas y la precaria conectividad. Disfrutar de una mesa larga con amigos hasta la madrugada, sin que eso sea un delito. Hacer pogo en un recital memorable. Viajar sin restricciones a otras provincias o al exterior. Abrazar bien fuerte a los adultos mayores de cada familia, sin el maldito temor de exponerlos al contagio.

Como se sabe, de los 25 millones de dosis de vacuna rusa, 10 millones llegarán en diciembre y el resto en los primeros días de enero. Es un plazo extremadamente corto, en comparación con la vacuna de la Universidad de Oxford y el laboratorio AstraZeneca, que también se aplicará en el país pero allá por marzo en el mejor de los casos. Si algo dejó claro el ministro de Salud de Nación, Ginés González García, es que Argentina comprará todas las versiones posibles, para atacar la peste de una vez.

En el medio se cruzó la ideología con alguna reminiscencia de la guerra fría, una mirada conspiranoica acerca del supuesto eje del mal que habita en la opulenta ex Unión Soviética. 'No le preguntamos a nadie que ideología tiene la vacuna, la aplicamos', respondió Fernández en Avellaneda. Por supuesto para quienes iniciaron la campaña anti, no habrá razones ni argumentos valederos. Es y será una batalla perdida, que se terminará resolviendo con la obligatoriedad. Y a otra cosa.

El presidente dijo también que 'el horizonte empieza a verse'. Otra vez el optimismo que podría invitar a relajarse antes de tiempo. Sin embargo, un día después se reunió el Consejo Federal Educativo, bajo la conducción del ministro Nicolás Trotta y con la participación de los ministros de las 24 jurisdicciones, para trazar el ciclo lectivo 2021. Sin sorpresas, el resultado fue la incertidumbre. El factor vacuna todavía no influyó en las expectativas de retomar las clases presenciales.

Acordaron los funcionarios que el año próximo persistirá la virtualidad y la bimodalidad, en la medida de las posibilidades sanitarias de cada distrito. No hay demasiado para acotar. Los funcionarios del área educativa están abriendo el paraguas con mucho menos optimismo que el propio presidente Fernández. Y es sensato que estén planteando tantas reservas. El rebrote de contagios en Europa, con igual ferocidad que el primer momento y con retrocesos a Fase 1 en buena parte del viejo mundo, es más que suficiente para mantener la guardia en alto.

El optimismo sobre las vacunas -así, en plural- tampoco llegó plenamente al ámbito político. Esto se desprende de la propuesta que lanzó el lunes pasado el gobernador Sergio Uñac, de suspender las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias para las legislativas de 2021. Desde San Juan, el pocitano instaló un asunto que evidentemente venía incubándose en algún despacho de la Casa Rosada en paralelo. Movilizar militantes desde junio, para hacer votar a un padrón completo en agosto y luego nuevamente en octubre, parece todo lo opuesto al distanciamiento que impone la peste.

El martes en Jáchal y el miércoles en Zonda, Uñac redobló la apuesta. Ratificó la conveniencia de suspender las PASO y volvió a citar el ejemplo del rebrote invernal europeo. Si eso está sucediendo en el Hemisferio Norte, ¿qué razón hay para suponer que aquí no ocurrirá? La vacuna abre un horizonte esperanzador, sí. Pero un exceso de confianza podría convertirse en la peor equivocación.

No se trata tampoco de una idea de laboratorio del gobernador que haya tomado por sorpresa al resto del arco político. De inmediato surgieron otros mandatarios provinciales a respaldarlo. Y desde el presidente de la Cámara de Diputados de Nación, Sergio Massa, hasta el presidente del bloque Frente de Todos, Máximo Kirchner, se interesaron por conocer si el proyecto sería presentado por los legisladores sanjuaninos. No está en los planes que así sea. Antes hay que generar y acelerar una mesa de consenso. Tema delicadísimo puesto en el medio del tironeo de la grieta.

Es verdad, como dijo Fernández, que 'nunca estuvimos tan cerca de ponerle fin a la enfermedad' y que por primera vez aparece una luz de esperanza en el horizonte. Pero alcanza con abrir un poco la mirada para advertir que tampoco habrá soluciones mágicas de un día para otro.


JAQUE MATE

Alberto Fernánez en Avellaneda el pasado martes