OPINIÓN

Que el campo no confunda gordura con hinchazón

El paro ruralista que empieza este lunes desnuda las profundas diferencias entre la abundancia de la Pampa Húmeda y los lamentos cuyanos.
lunes, 9 de marzo de 2020 · 12:00

Como se anunció a fines de la semana pasada, este lunes comienza un paro del campo en rechazo al aumento de las retenciones a las exportaciones, dispuesto por el Gobierno de Alberto Fernández, necesitado de hacer caja para atacar el desbarajuste económico en que se encuentra el país. La receta es, como ha reiterado el jefe de Estado, auxiliar a los que menos tienen a partir del aporte solidario de los más favorecidos. Los pooles de siembra encajan a la perfección dentro del esquema oficialista.

El paro ruralista dispuesto por la Mesa de Enlace comienza este lunes y se extenderá durante cuatro días hasta el jueves inclusive. El efecto de este lock out empresario es hacerle sentir a Fernández una sequía de dólares. La soja sigue siendo la principal fuente de divisas que tiene el país. Es la gallina de los huevos de oro, a pesar de que la cotización en los mercados internacionales ya no es lo que era.

La Mesa de Enlace integrada por la Sociedad Rural Argentina, la Federación Agraria, Confederaciones Rurales Argentinas y Coninagro, resolvió el contraataque con la amenaza abierta de que pueden volver los piquetes como en 2008, cuando estalló la guerra de la 125.

Sin embargo, la Federación Agraria reculó. Permítase el uso del término criollo a pesar de su dudosa elegancia. Terminó dejando en libertad de acción a sus asociados básicamente porque sus bases dejaron a la cúpula pedaleando en el aire.

Ninguno -o muy pocos- parecían dispuestos a frenar sus ventas al exterior durante cuatro días, si al fin y al cabo el aumento de retenciones es única y exclusivamente para los más grandes grupos de la economía concentrada del país. Entonces, evidentemente pesó el pragmatismo del bolsillo. Que la cruzada contra el "populismo" quede para otra ocasión, habrán pensado.

En paralelo, el fin de semana los viñateros sanjuaninos y mendocinos disidentes con la Coviar se movilizaron a la vera de la Ruta 7 para hacer sentir su inconformidad. ¿Contra las retenciones de Alberto? Ni de casualidad. 

Los avatares de la economía regional tienen muy poco que ver con los problemas que acusa la Pampa Húmeda. Sin embargo, la potencia de la difusión de unos y otros, sumado al histórico centralismo porteño, hacen muy difícil que la uva y el vino sean tema de conversación hogareña. Salvo, claro está,  que en esa casa haya algún viñedo por ahí. En cualquier caso, siempre será una situación de minorías. 

El potente aparato de comunicación e instalación de la Mesa de Enlace resulta incomparable con cualquier otro intento de cualquier discreta economía regional. 

¿Qué reclamaron los viñateros el fin de semana pasado? Dos cosas: el retraso en la fecha de liberación de vinos nuevos, del 1 de junio al 31 de agosto; y que los vinos tintos sólo se puedan elaborar con uvas de color, no blancas. Se puede decir más fácil aún: reclamaron medidas oficiales para elevar el precio de los racimos de los pequeños productores. Esos que no entienden de retenciones porque no está en sus posibilidades exportar. Y que al dólar sólo lo ven en los diarios.

Claro que también están los otros. Esos exportadores de la vitivinicultura que hoy tienen además de un dólar competitivo, una retención congelada del 5 por ciento y un reintegro del 3 por ciento.  Razones de queja, en esta coyuntura, no habría demasiadas...

El cuadro de situación completo y amplio, tiene más de una realidad. Están las vacas gordas y las famélicas. Y están los que confunden gordura con hinchazón.

JAQUE MATE