OPINIÓN

Cuesta dinero pero no tiene precio

Contra las críticas, el Estado sigue estrujando sus recursos para atender a familias castigadas por la cuarentena y a empresas privadas jaqueadas por el cierre.
viernes, 24 de abril de 2020 · 13:26

Según una encuesta de UNICEF dada a conocer esta semana, en el 60 por ciento de los hogares argentinos bajó el nivel de ingresos debido a la cuarentena. En el 30 por ciento directamente no pueden comprar algunos alimentos. 

Según la proyección del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, la pobreza en el primer trimestre de 2020 habrá subido hasta el 45 por ciento, precisamente por impacto del Coronavirus. Todo esto, a pesar de la enorme inversión de recursos públicos en políticas sociales. Y del rescate a las empresas privadas, con el pago de la mitad de los salarios a cargo del Estado.

Frente a esa realidad que aturde, la respuesta del gobierno de Alberto Fernández fue afectar prácticamente tres puntos del Producto Bruto Interno (PBI) para contener la emergencia, aún sin saber bien cuál será el impacto de la emisión monetaria cuando pase la crisis y abunden los billetes en circulación. La liquidez, dicen los especialistas, no es inconveniente en esta coyuntura. El problema podría presentarse más adelante...

En San Juan los números de la ayuda social también son impactantes. A la pregunta de Canal 13, el ministro de Desarrollo Humano, Fabián Aballay, contestó que solamente en comida este mes habrá una afectación de recursos por 83,5 millones de pesos. La cuenta incluye 1,5 millones para celíacos, otros 37 millones para comedores escolares y otros 45 millones para módulos alimentarios. Todo, con fondos locales.

Aún a pesar de los esfuerzos, la ayuda no será más que un paliativo para las decenas de miles de familias impactadas por la parálisis económica. Por eso el gobierno provincial analiza con fineza los pasos a dar, para no poner en riesgo el estatus sanitario logrado por los sanjuaninos, pero al mismo tiempo despertar el aparato privado.

Sin la reactivación paulatina de mundo del trabajo, los recursos encontrarán un techo más temprano que tarde. Vale recordarlo aunque suene obvio y hasta remanido. Los fondos públicos seguirán teniendo una importante exigencia por doble vía: lo alimentario sin lugar a dudas, pero también lo sanitario en paralelo.

El secretario administrativo financiero de Salud Pública, Guillermo Benelbaz, informó que San Juan lleva entre 400 y 500 millones invertidos para luchar contra el Covid-19, contando desde aparatología hasta insumos. Aparte habrá que sumar la inversión del Ministerio de Infraestructura para hospitales de campaña.

Según el funcionario, la provincia ya logró stockearse para atender la peor de las hipótesis, es decir, un escenario de 40.000 infectados. Y aclaró que, en caso de que no se llegue a ese extremo, los insumos permitirán llegar a fin de año sin nuevas compras, debido al enorme volumen reunido de manera preventiva.

Mientras tanto, el Estado Nacional ha dispuesto un gasto del orden de los 850.000 millones de pesos para asistir a familias sin ingresos y a empresas complicadas por la cuarentena, según dijo el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. De ahí sale el cálculo de una afectación de tres puntos del PBI. Solo el pago del 50 por ciento de los salarios privados insumirá unos 70.000 millones, de acuerdo a la estimación oficial.

Con el Estado Nacional, el Provincial y los municipios estrujando sus reservas para administrar la cuarentena, abundan las críticas de sectores liberales que reclaman la salida inmediata del confinamiento porque promueve la proliferación de los populismos, de los autoritarismos. En esos términos se expresó la Fundación Internacional para la Libertad, un organismo de derecha al que suscribieron desde el escritor Mario Vargas Llosa hasta el ex presidente Mauricio Macri. El documento incluyó mención específica de Argentina, además de México y España.

La gente común parece haberlo comprendido de manera diferente. Según Clarín, la misma encuesta de UNICEF que revela la caída del ingreso en el 60 por ciento de los hogares argentinos, revela que la mayoría está absolutamente de acuerdo con la cuarentena dispuesta por el presidente Fernández. Sin mucho esfuerzo, se entendió que la vida humana cuesta dinero, pero al mismo tiempo no tiene precio.


JAQUE MATE