OPINIÓN

Se contagian los nietos, se mueren sus abuelos

Sin comparaciones de estatus sanitarios, Mendoza ofrece hoy a San Juan una enseñanza para tomar nota.
miércoles, 29 de julio de 2020 · 12:30

Metió la pata Alberto Fernández cuando en sus primeras conferencias de prensa, para anunciar la extensión del confinamiento, hizo comparaciones con otros países de la región. También corrió un riesgo enorme Sergio Uñac cada vez que levantó la bandera de la provincia mejor rankeada en cuanto a su estatus sanitario en todo el país. 

Al presidente, el error le costó tener que disculparse luego con su colega chileno, Sebastián Piñera. No cabía entonces y no cabe ahora medir la efectividad de las decisiones políticas para congraciarse con la opinión pública, sino estrechar lazos de colaboración porque en definitiva la peste no está perdonando a ningún rincón del planeta. Ni siquiera la llegada de las temperaturas estivales garantiza una tregua. En pleno verano boreal, siguen los brotes de contagio. 

El gobernador también tuvo que virar su estrategia de comunicación. Sin dejar de destacar el lugar de San Juan en la tabla de posiciones del Covid-19, en comparación con el resto de las provincias, ayer le pegó un baldazo de realidad a los números. Son provisorios. Son circunstanciales. La estadística puede cambiar súbitamente y lo que antes fue mérito luego puede convertirse en culpa. 

Si la pandemia resultó bastante inmanejable en las naciones más desarrolladas del globo terráqueo, ¿cómo podrían Fernández y Uñac asegurar la victoria en esta guerra sanitaria? No pueden. Sí está en sus manos la planificación, prever los escenarios más oscuros y tener una respuesta elaborada a la medida.

Es precisamente lo que hizo San Juan ayer, al presentar su "Plan de Seguridad ante la Circulación Viral". Uñac dijo nuevamente que la provincia tiene los mejores índices en lo sanitario y destacó las decisiones tomadas oportunamente. Pero en simultáneo reconoció que son escenarios absolutamente dinámicos.

Aprendió Uñac -como deberían tomar nota el resto de los sanjuaninos y sanjuaninas- de los ejemplos cercanos. No quiso mencionar a ninguna provincia "porque esto no es una competencia". Pero advirtió que todas las que hoy están complicadas empezaron con un caso individual y pasaron a una situación de circulación viral comunitaria que en algún momento se volvió inmanejable.

No mencionó a Mendoza en ningún momento. Pero arrimó mucho el mensaje para entender que la mayor preocupación está ahí, en el límite entre San Carlos y Jocolí. Desde allí propuso "mirar escenarios y anticiparnos a lo que puede llegar a pasar". Entonces lanzó la sentencia que sintetiza el plan: trabajar para que no haya circulación comunitaria del virus, pero entender que puede haber igualmente.

Si la consigna es mirar hacia Mendoza, que así sea. El diario Los Andes citó este martes cifras del Ministerio de Salud de su provincia, según las cuales el promedio de letalidad por Covid-19 es de 70 años. Pero las personas que más se han contagiado van de los 15 a los 29 años. En promedio, son los veinteañeros más jóvenes.

El 21 de marzo se detectó por primera vez una mendocina con PCR positiva. Ayer estaban superando los 1.000 casos y los 30 fallecidos. Si esto no es una competencia -porque efectivamente no lo es- y si la experiencia mendocina debe ayudar a San Juan a planificar para prevenir, vale el aprendizaje.

Los números de los vecinos indican que quienes más se contagian son los nietos. Y quienes más se mueren son sus abuelos. Así de simple y de lacerante. Así de obvio, después de cuatro meses de convivir con la pandemia que nadie quiso pero que finalmente llegó para quedarse por un tiempo indefinido.

El relajamiento es el socio perfecto para la circulación viral, dijo Uñac en su discurso, convirtiendo esa frase en el título cantado para todas las redacciones. El relajamiento es la rebeldía contra el distanciamiento social y el uso del barbijo, es la reunión familiar o con amigos que supera las 12 personas, es la atención en el negocio de barrio a cara descubierta. Es, a fin de cuentas, la negación de la realidad.

Una parte -importante- de la lucha contra el Coronavirus está diseñada por los gobiernos. Pero la otra -necesaria- depende exclusivamente del compromiso individual para beneficio de lo colectivo. Pero se puede decir más fácil todavía, mirando y aprendiendo del dolor mendocino: se contagian los nietos jóvenes y se mueren sus abuelos. Si aún así no hay una reflexión, no queda mucho más por hablar.

JAQUE MATE