OPINIÓN

Los silencios de Arroyo

Lo que se anunció pero especialmente lo que no se dijo, en una conferencia exclusiva para cuyanos de parte de la más alta autoridad en políticas sociales.
viernes, 31 de julio de 2020 · 12:40

Llegó de sorpresa, sin previo aviso, la invitación a este medio para integrarse a una conferencia de prensa bastante inusual. El ministro de Desarrollo Social de Nación, Daniel Arroyo, convocó a un puñado de periodistas sanjuaninos y mendocinos. Fue un gesto atípico, teniendo en cuenta la enorme concentración poblacional, económica y electoral que tiene el conglomerado porteño-bonaerense. Mirar hacia el interior puede ser un buen primer paso para aprender, en un recorrido de ida y vuelta.

En tiempos de pandemia, fue una charla a la distancia, a través de la plataforma virtual que le agregó otra cuota más de rareza a la invitación. Impedido de viajar a las provincias, el ministro cambió avión por webcam. La mecánica fue más que satisfactoria y permitió, a lo largo de una hora y minutos, un encuentro cuyo eje fue específicamente la realidad de esta geografía recostada sobre la Cordillera de Los Andes.

Fue entonces una conferencia hecha a la medida de los sanjuaninos y de los mendocinos también. Aunque dejó anuncios de calibre nacional, que bien merecieron ser reproducidos por la prensa porteña. A la cabeza, el reconocimiento de que están analizando ampliar el alcance de la tarjeta AlimentAR. 

Podría ser una extensión etaria de 6 a 12 años como límite para recibir el beneficio. O incluso incorporar a los jubilados de los segmentos inferiores para recibir este refuerzo en sus dietas. El ministro confirmó también que vendrán nuevas sumas adicionales para acrecentar los montos vigentes.

Teniendo en cuenta que San Juan tiene unas 33.000 tarjetas AlimentAR y Mendoza unas 69.000, hay una población de más de 100.000 personas impactada por los anuncios de Arroyo. También habló de la implementación del Plan Potenciar Trabajo, que pretende convertir unos 8.900 planes sociales -todos en San Juan- en empleo de la economía social, con herramientas y maquinaria subsidiadas por Nación.

Fue una conferencia atravesada por los temas cuyanos. Se preguntó por las comunidades rurales, por este otro campo que nada tiene que ver con las generosas extensiones de la Pampa Húmeda. Pero el capítulo más sanjuanino de todos todavía estaba por venir.

Arroyo reveló su expectativa por el Acuerdo San Juan. Dijo que está en permanente contacto con el ministro de Desarrollo Humano, Fabián Aballay, y con el gobernador Sergio Uñac. Que espera las medidas acordadas por los sanjuaninos para acoplar las políticas nacionales. Porque hay una decisión oficial de no bajar programas diseñados desde el Obelisco para todo el país sin discriminar situaciones regionales. Prometió no imponer planes enlatados.

Tomar nota de las necesidades y las decisiones locales para enfrentar la post-pandemia parece lo más sensato. Sin embargo, no hay demasiados antecedentes al respecto. La mayoría del tiempo, las provincias tuvieron que allanarse a los vientos que soplaban desde Buenos Aires.

Todo esto y algo más fue lo que dejó en una cadena de definiciones el máximo responsable de las políticas sociales para estas provincias cuyanas. Pero también hubo un dato relevante y estuvo vinculado a lo no dicho. No hubo una sola referencia al pasado. No hubo preguntas ni tampoco respuestas sobre la herencia. El esfuerzo está puesto en lo que viene y es un buen gesto, para variar un poco.

Del Centro de Referencia -la ex oficina nacional de pensiones- de calle 9 de Julio, que recientemente fue adjudicada a la sanjuanina Romina Albarracín, surgieron quejas acerca del estado en que la macrista Gimena Martinazzo dejó las instalaciones y los expedientes. 

Era una decisión editorial embarrar al ministro en ese picoteo doméstico. La otra opción era ir por el interés de la mayoría, de esos 33.000 y más que esperan respuesta por la tarjeta AlimentAR. Los jubilados. Y las familias que todavía no alcanzaron ningún tipo de ayuda del Estado, a pesar de que resultaron muy castigadas por la peste y la cuarentena.

La grieta no asomó a lo largo de la conferencia. Arroyo también pudo aprovechar cualquier instante para achacar el hambre a la política económica y social que desplegó el macrismo entre 2015 y 2019. Pero no. Prefirió ajustarse a las respuestas que piden las provincias a 1.200 kilómetros de la Casa Rosada. Y dejar títulos que le interesen a la mayoría. Ya empezó el tiempo de descuento para materializar los anuncios.


JAQUE MATE