OPINIÓN

Las encuestas que alientan y desconciertan

Son los números que circulan en Casa de Gobierno. Expectativas para recuperar aunque sea parcialmente los votos perdidos el 14 de noviembre.
martes, 26 de octubre de 2021 · 12:41

Las encuestas que circulan por estos días en Casa de Gobierno pueden ser interpretadas de diferentes maneras. En cierta medida, pueden resultar desconcertantes. No se trata de sondeos de intención de voto, sino de imagen, ese activo intangible tan valioso que al mismo tiempo cuesta tanto materializar en las urnas llegado el momento. Faltan tres domingos para la sentencia definitiva.

No es que no tengan encuestas de intención de voto, porque de hecho las hay. Pero esos números no son estáticos. Bajan, suben, un hecho puntual basta para desviar las tendencias. Sucede también que las proyecciones no siempre se verifican en los resultados. La imagen personal y la imagen de gestión es otra cosa. Se consolida con el paso del tiempo y si bien puede dañarse por distintos motivos, en la provincia no es tan volátil. José Luis Gioja se fue de la gestión con un aceptable margen de aprobación y Sergio Uñac ha construido el suyo propio.

De acuerdo a las encuestas oficiales de Libertador y Paula, el gobernador conserva un 65 por ciento de imagen personal positiva. De ahí a traducir eso en votos hay un largo camino. De hecho, cuando fue reelecto en 2019 alcanzó el 55 por ciento. La explicación es relativamente sencilla: hay votantes que pueden tener un buen concepto del dirigente pero igualmente optar por otra alternativa. Parece compatible una cosa con la otra, en una provincia donde la grieta nunca terminó de hacer pie. Siempre fue un artefacto porteño para mirar por TV.

Entonces Uñac tiene una imagen personal positiva de 65 puntos. Según las mismas encuestas, su gestión alcanza una aprobación del 57 por ciento. Está por debajo una de otra, pero igualmente es un atributo notable habiendo transitado por los momentos más críticos de la economía y de la pandemia. En seis años de mandato ininterrumpidos.

Estos dos valores, el 65 por ciento de imagen personal y el 57 por ciento de aprobación de gestión están alejadísimos del magro 43 por ciento alcanzado en las urnas el 12 de septiembre, por los candidatos del Frente de Todos. 

Aún así le alcanzó al oficialismo ese nivel de acompañamiento para sostener la primera posición frente al asedio de Juntos por el Cambio, que quedó a tan solo cinco puntos de diferencia. Unos 18.000 votos de distancia entre ambos extremos, en un escenario polarizado como nunca antes. Todo, a pesar de las encuestas que le atribuyen a Uñac niveles de respaldo siderales. Ahí surge el desconcierto.

El golpe mayor se advierte cuando aparece otro dato inapelable: con respecto a las últimas elecciones, el oficialismo en San Juan perdió 80.000 votos. Esas personas que acompañaron al peronismo y aliados en ocasiones anteriores esta vez no fueron a sufragar o migraron hacia otras fuerzas. Seguramente no lo hicieron a Juntos por el Cambio, porque a decir verdad, los candidatos de Marcelo Orrego mantuvieron los niveles alcanzados en 2019. 

Los votantes del uñaquismo tampoco se habrán ido hacia Consenso Ischigualasto porque Marcelo Arancibia representa una oposición todavía más dura. La única explicación posible está en el crecimiento exponencial del Frente de Izquierda Unidad, que alcanzó 7 históricos puntos con sus dos listas en las primarias. Hubo evidentemente ahí, en esa interna, participación de electores filoperonistas posiblemente desencantados.

La explicación de este fenómeno, de encuestas que dicen una cosa y elecciones que rinden mucho  menos, sigue siendo el impacto de la ola nacional. Consultores como Maximiliano Aguiar y Antonio De Tommaso han coincidido tiempo atrás, mucho antes de las PASO, en que el gobierno de Alberto Fernández recibió todo el impacto por la gestión de la pandemia, dejando a los gobernadores prácticamente exentos de desgaste. A eso, por supuesto, habrá que sumarle la asfixia económica, la inflación que no cede a prácticamente dos años de la asunción del Frente de Todos.

Uñac viajó este martes a Buenos Aires para realizar gestiones de rutina en diversas oficinas. No tiene previsto -al menos no figura en su agenda- recibir visitas nacionales en los próximos días. Hasta ahora solo llegaron a la provincia, en este segundo tramo de campaña, el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, para inaugurar el Acceso Norte; y el titular del ENACOM, Claudio Ambrosini. Reinó la sobriedad en ambos casos.

Ni por asomo tuvieron estas visitas el volumen político de aquellas previas a las primarias, cuando pasaron por la provincia Santiago Cafiero, Carla Vizzotti, Martín Guzmán y hasta el mismo Alberto Fernández. Tras el zamarrón sufrido el 12 de septiembre, en una cumbre con gobernadores peronistas en La Rioja, se acordó darles mayor autonomía a los caciques provinciales. Ellos conocen mejor sus distritos para recuperar los votos perdidos en el camino.

Uñac recorrerá la provincia completa antes de las elecciones generales. Irá a casi todos los departamentos con excepción de los que ha visitado más recientemente: Jáchal, Ullum y Zonda. Allí irán los candidatos y candidatas, por supuesto. Pero el gobernador en persona se focalizará en tener al menos un acto en cada una de las otras jurisdicciones.

En Libertador y Paula aspiran a que el acompañamiento popular el 14 de noviembre sea sustancialmente mayor al de las PASO. Confían en que podrán recuperar varios puntos y que a esta altura no está en juego la elección. Que van a un escenario de dos diputados para el oficialismo y el restante para la oposición. La prudencia recomienda ni siquiera soñar con recuperar los 80.000 votos perdidos. Con mucho menos será suficiente.


JAQUE MATE