OPINIÓN

Ninguno diga que todavía falta mucho para 2023

Una foto de convivencia armónica y un fuerte cruce apenas 72 horas después. Se llama política y anticipa la disputa por las reglas de juego.
martes, 14 de diciembre de 2021 · 09:59

En apenas 72 horas Marcelo Orrego pasó de sacarse fotos con Sergio Uñac a mandarle a decir que se equivoca si pretende reformar el sistema electoral. El contraste entre una circunstancia y la otra es propio de los tiempos que corren. Es parte del increíble adelantamiento del 2023 cuando todavía están calentitas las urnas de las legislativas del 14 de noviembre. Recién se cumplió el primer mes.

Una cronología permitirá ordenar mejor los eventos. El viernes pasado por la tarde el diputado nacional y líder de Juntos por el Cambio jugó de local en Santa Lucía durante la inauguración de la remodelada plaza departamental. A pesar de que su hermano, el intendente Juan José Orrego, era el dueño de casa, Marcelo tuvo su sitio de privilegio.

Se sentó en primera fila, habló en el atril y cortó las cintas, como iniciador de un proyecto político que se remonta a 2011, cuando empezó su gestión santaluceña. También tuvo un lugar destacado el gobernador de la provincia, como invitado especial pero fundamentalmente como padre de la Ley de Coparticipación Municipal que posibilitó la ejecución de la obra.

Hubo sonrisas y cordialidad de ida y vuelta. Ofrecieron ambos una foto como hacía tiempo no sucedía, uno al lado del otro. Uñac destacó la fecha simbólica, 10 de diciembre, aniversario de la recuperación de la democracia. Puso en valor que confluyeran en ese espacio los dos referentes que polarizaron el comicio en 2021.

Apenas pasó el fin de semana y el lunes Orrego apuntó contra Paula y Libertador, por el proyecto de reforma electoral con miras a 2023. No fue una declaración arrebatada, sacada de contexto en una rueda de prensa. Todo lo contrario. Se hizo una convocatoria en la sede de Juntos por el Cambio, con la presencia de todos y cada uno de los integrantes del frente.

Salieron al cruce de la iniciativa apenas esbozada por Uñac el lunes 15 de noviembre. Ese día en Radio Sarmiento el gobernador dijo que impulsará un debate para suprimir las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias a futuro, para simplificar la votación para los ciudadanos y aligerar el gasto. Desde ahí en adelante no dijo nada más. El resto fueron especulaciones de pasillo, mucho off the record que lógicamente terminó impactando en la prensa.

La oposición decidió reaccionar ante las versiones periodísticas. De ese modo se subió a la arena pública de un debate que todavía no empezó. A través de un documento, Juntos por el Cambio cuestionó que se evalúe cambiar las PASO por un sistema mixto entre ley de lemas y colectoras. 

Por supuesto desde Gobierno nadie salió a contestar, porque nadie en Gobierno nunca dijo nada sobre el asunto, más que el propio Uñac. Ningún funcionario consultado luego fue más allá del anuncio hecho por el conductor del Frente de Todos. La alternativa de lemas y colectoras es hasta ahora un rumor de pasillo. Mal podría salir a desmentir Uñac una cosa que no dijo.

Juntos por el Cambio no fue consultado sobre el asunto ni lo será tampoco en breve. De hecho los socios del PJ en la Legislatura, como los diputados bloquistas, también estuvieron inquietos días atrás pidiendo algún borrador del proyecto para poder hacer el análisis pertinente. Pero ese borrador todavía no existe. Está en elaboración seguramente, pero no ha sido concluido.

El vicegobernador Roberto Gattoni habría calmado a los bloquistas con un plazo: el proyecto de reforma electoral no entrará en lo que queda de diciembre. La discusión se dejará para el año próximo.

Orrego y los suyos también atacaron la versión sobre un eventual desdoblamiento electoral en 2023. Sin embargo, ese punto en particular solo circuló off the record luego de la reunión mantenida por el gobernador con los intendentes del oficialismo. Nadie hizo una declaración al respecto. Todavía es radiopasillo. Una definición como separar los comicios provinciales de los nacionales nunca jamás se tomaría -ni se comunicaría- con semejante anticipación.

Juntos por el Cambio cuestionó el doble costo que surgiría del desdoblamiento electoral, porque San Juan debería afrontar el gasto adicional como sucedió en 2019. En aquel momento la justificación de Uñac fue darle a la votación provincial la entidad que debía tener. Entender que la democracia no se mide por el costo económico de la logística o la impresión de las boletas, sino por la mayor participación ciudadana.

Sin embargo, si el gobierno provincial saliera a desechar las PASO con el argumento del costo económico, el orreguismo ya encontró un argumento en contrario. La oposición aprovechó la ocasión para reflotar la idea de implementar la boleta única. Parece sensato a esta altura de la historia, no solo en lo provincial sino también en lo nacional. 

Pero Cambiemos tiene un pecado original y es que cuando fue gobierno, no hizo nada para modificar el sistema. Mauricio Macri convocó a dos comicios, los de 2017 y los de 2019, y ambos se llevaron a cabo con las boletas kilométricas y los mismos vicios de siempre.

Hablando de historia reciente, Macri se enojó tanto con las PASO de 2019 que anticipaban su caída, que habló de eliminarlas, por aquello de gasto público. Nada nuevo bajo el sol.

Juntos por el Cambio vio la oportunidad y salió a jugar. Se hizo parte de una discusión antes de que empiece, para defender esa polarización y cuasi paridad consumada este año. Que ninguno, oficialista u opositor, diga que todavía falta mucho para 2023. Porque no es cierto.


JAQUE MATE