OPINIÓN

Laura brava

Adámoli no es nueva en política, pero tiene un modo diferente. Empezó a proyectarse como candidata cercana a Uñac pero crítica hacia Fernández.
jueves, 1 de abril de 2021 · 11:42

Es difícil y hasta inexacto decir que Laura Adámoli es nueva en política. Porque de hecho ha convivido con la política desde muy joven, al lado de Leopoldo Alfredo Bravo. Sin embargo, tiene ciertos modos que delatan la diferencia. Habla con pocos filtros y una dosis inusual de frontalidad no combativa. En tono cordial empezó a dejar algunas definiciones.

Es lo que hizo este miércoles en vivo en Banda Ancha. En una valiosa entrevista, Adámoli confirmó que ya le ofrecieron ser candidata a diputada nacional. Así, sin anestesia ni rodeos. Lejos, muy lejos de escudarse en la frase hecha acerca de que 'no es momento' o 'es muy pronto', reconoció lo que es un secreto a voces.

Lo novedoso es que se haya hecho cargo. Hace tiempo que un sector del justicialismo, ve con buenos ojos la potencial postulación de la vicepresidenta del partido de la estrella. Por varias razones. La primera de ellas es que su perfil podría atraer votantes esquivos al peronismo. Su vinculación con el Grupo Eskenazi, su historia personal, su residencia durante 8 años en la embajada argentina en Moscú, la acercan al segmento ABC1. Al menos esa lectura se hizo en mesas de café.

La idea lanzada por Sergio Uñac de abrir las primarias para la competencia de varias listas le permitiría al bloquismo jugar con lista propia. El presidente del partido, Luis Rueda, ya se pronunció al respecto con entusiasmo. Siempre, dentro del Frente de Todos.

Claro que Adámoli también tendría que vencer algunos obstáculos internos. Ya hubo cierta resistencia a que asumiera la vicepresidencia del Comité Central. Fueron justamente las mujeres de larga militancia las que plantearon que había otras con mayor mérito para desempeñarse ahí. Pero prevaleció Laura.

Rueda le encomendó suavizar las cosas con las bloquistas. Y lo hizo. Todos los martes encabeza reuniones femeninas, algunas elevadas de tono. Pero ahí va, sin mayores sobresaltos. Cruzó algunos mensajes con Graciela Caselles, cordiales, aunque se notó un pase de factura porque invitó a la diputada nacional a celebrar el Día de la Mujer en el partido y no fue.

'Yo no la voy a criticar a Graciela porque yo no hice nada en su momento para involucrarme en el partido', dijo Adámoli conciliadora. 'Graciela hizo lo que pudo en su momento entonces yo la respeto como cualquier correligionaria', agregó. No son amigas, pero deberán convivir un tiempo más.

El bloquismo tendrá que dirimir su interna partidaria el 11 de abril en los 9 comités departamentales donde no hubo acuerdo. De ese resultado dependerá el respaldo final que haya obtenido Rueda. Por eso esa posta aparece como la primera prioridad. Luego, inmediatamente después, tendrán que sentarse a discutir la continuidad dentro del frente oficialista.

Es lo que pretende Rueda, que sigue trabajando al lado de Sergio Uñac. El joven pocitano confía en que terminará ganando su postura, porque el bloquismo hoy tiene espacios en distintos puestos del organigrama del Poder Ejecutivo. Es parte efectiva del gobierno. Pero también Rueda cuenta con que ninguna de las alternativas opositoras tiene un mejor ofrecimiento. Entonces los argumentos disidentes se pueden licuar.

Adámoli está militando la postura de Rueda abiertamente. En Canal 13 dijo que el primer paso será fortalecer el partido y luego pensar en el frente electoral. Pero también se mostró a favor de competir en la interna con una lista propia.

Fue entonces cuando tuvo que responder a la pregunta directa. ¿Le han pedido ser candidata a diputada nacional? Contestó afirmativamente y sin rodeos. Dijo también que no es su prioridad. Pero se mostró dispuesta. Consideró que es 'un desafío muy grande' y que lo conoce bien porque estuvo al lado de Polo Bravo cuando le tocó a él transitar por el Congreso.

Pero la frontalidad de Adámoli dejó también una definición antipática para el Frente de Todos. Fue cuando tuvo que contestar sobre el gobierno nacional, el de Alberto y Cristina. 'Me gusta mucho más el gobierno provincial', dijo plenamente consciente de sus palabras. 

A continuación valoró la conducción del gobernador y el papel de las ministras mujeres, para luego admitir que no le gustan muchas cosas que emanan de la Casa Rosada. Gran encrucijada sería para el bloquismo y para el propio justicialismo de San Juan, llevar en sus listas una candidata que aspire al Congreso, con una mirada tan alejada de los intereses parlamentarios del albertismo/cristinismo.

Adámoli no pecó de incauta ni mucho menos. Sentó posición desde el arranque. Quienes le pidieron que sea candidata también conocían su mirada crítica. Posiblemente ese matiz sea el que la vuelva atractiva en términos de ampliar la base electoral. Afín a Uñac, pero no a Fernández.

Si alguien le había perdido el rastro a la viuda de Bravo, recién ahora habrá tomado nota de que es mucho más que la compañera de vida de un dirigente político que marcó huella en la provincia. Ya dio pruebas suficientes. Aunque pareza un juego de palabras, ella también puede ser Laura brava.


JAQUE MATE