OPINIÓN

Dudas y certezas de la primera elección en pandemia

Hubo acuerdo con la oposición. El calendario se atrasará alrededor de un mes para escaparle a los días más fríos. ¿Será suficiente para escapar a lo peor?
viernes, 23 de abril de 2021 · 10:38

Hubo acuerdo finalmente y el año electoral se acomodará a la pandemia. Sin obviar ninguna instancia. Sin suspender ninguna votación. Pero atrasando las fechas para llevar las urnas a los días tibios de la víspera de la primavera, cuando se espera un decrecimiento de la curva de contagios. La pregunta necesaria es si el nuevo calendario será apropiado para todo el país o nuevamente quedó hecho a la medida de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Conurbano Bonaerense.

El Frente Juntos por el Cambio dio el visto bueno al oficialismo, de manera tal que las primarias se llevarán a cabo el 12 de septiembre y no el 8 de agosto, como había previsto la Cámara Electoral. Y las generales serán el 14 de noviembre, no el 24 de octubre. El acuerdo político parlamentario era un paso imprescindible para avanzar, porque hay que modificar la ley. Y hay que hacerlo de manera urgente.

La oposición condicionó su respaldo a que esta sea la única alteración de las reglas de juego, que no haya nuevas sorpresas pase lo que pase en adelante. Es decir, que el 12 de septiembre y el 14 de noviembre sean las fechas definitivas. Es entendible y justo, darle previsibilidad institucional al 2021.

La postergación de las elecciones decantó por la contundencia de los números de contagios y de fallecimentos. Este jueves Argentina superó el récord de muertes por Coronavirus desde que empezó la pandemia, con 537 víctimas fatales en 24 horas. La curva epidemiológica sigue creciendo, como pasó el año pasado, traccionada por los centros urbanos más densamente poblados del país. 

El Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), pero también Santa Fe, Córdoba, y Mendoza encabezan el ranking de infectados, por amplia diferencia con el resto del país. Solo Tucumán se acerca a ese primer lote. Si esta segunda ola, ciertamente más agresiva, que batió los récords de 2020 en todo el mundo y también en este país, dibuja una trayectoria similar a la del año pasado, entonces se puede esperar que en provincias como San Juan el pico de la curva demore un poco más.

Aquí el brote que desencadenó la circulación viral comunitaria sucedió alrededor del 19 de agosto. Fue detectado primero en Caucete y Santa Lucía. Luego en el el resto del Gran San Juan y finalmente en los departamentos alejados. Era inevitable que la peste perforara alguna vez las murallas sanitarias levantadas en los controles de acceso a San Juan. Las filtraciones por pasos clandestinos para escapar del aislamiento pago en hoteles, más una seguidilla de reuniones sociales sin control facilitaron la transmisión. Es historia conocida.

Entonces, reprogramar las elecciones primarias de agosto a septiembre y las generales de octubre a noviembre, aleja los comicios del momento epidemiológico más agudo en los grandes centros urbanos, que son los que mueven la aguja del país. No hay demasiadas garantías acerca de que ese calendario se ajuste a las necesidades sanjuaninas. Nadie podría proyectar cuándo sucederá el pico de casos en esta provincia.

Tal vez la circulación viral comunitaria equilibre las cosas y ponga a todo el país en un plano de igualdad, a diferencia del año pasado. Sin embargo, esta vez la diferencia podría venir atada al ingreso de las nuevas variantes. Son mucho más contagiosas y por lo tanto multiplican los casos a gran velocidad. Ese es el factor distintivo de 2021.

De todas formas la discusión del calendario electoral es un asunto que escapa a las autoridades sanitarias de la provincia. Incluso es algo que supera a Sergio Uñac.

El gobernador fue el primero en plantear la suspensión de las PASO. Lo hizo vía Twitter el 2 de noviembre del año pasado, anticipándose a la segunda ola que ya azotaba al Hemisferio Norte y suponiendo que Argentina no podía escapar a un efecto semejante. Propuso que directamente se votara de manera extraordinaria en comicios generales, cumpliendo con la renovación parcial del Congreso, pero minimizando el riesgo de una multiplicación de casos.

La iniciativa tuvo alta adhesión entre los gobernadores, e incluso se sumó el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. Pero su tratamiento en el Parlamento se dilató. La ferocidad del Coronavirus en su versión 2021 puso a todos de cabeza a analizar las acciones posibles, frente a la contundencia de los datos.

Habrá que votar entonces y es una buena noticia. Más allá de los temores fundados por la salud pública, resguardar la institucionalidad es vital. Otras naciones lo hicieron. El 6 de junio se llevará a cabo la segunda vuelta presidencial en Perú. El 11 de abril fue electo el nuevo presidente de Ecuador. Los antecedentes podrían seguir, pero alcanza con los dos ejemplos latinoamericanos para entender la viabilidad del comicio en Argentina.

La pandemia seguirá su trayectoria. Dependerá de la vacunación y de los cuidados sanitarios la magnitud que alcance esta vez el Covid 19. Con seguridad, el éxito o el fracaso será uno de los factores determinantes del veredicto en el cuarto oscuro.


JAQUE MATE