OPINIÓN

El miedo no es zonzo

El nivel de 200 casos diarios es insostenible en el tiempo. La explosión de Coronavirus muy pronto puso en jaque las camas de terapia intensiva.
martes, 27 de abril de 2021 · 09:40

Dicen que el miedo no es zonzo. Es en todo caso un alerta natural, orgánico, que va de la mano del instinto de supervivencia. Tener miedo activa los mecanismos de defensa, de autopreservación. No tener miedo frente a una amenaza no es sinónimo de bravura sino de torpeza. La inteligencia consiste en usar ese miedo y ponerlo al servicio de la acción, sin paralizarse. Sin detenerse. Algo así debería ocurrir en San Juan, ante la explosión de Coronavirus que muy pronto puso en jaque las camas de terapia intensiva.

Las balas pican cerca. Es parte de la nueva normalidad. Con el otoño llegaron los casos positivos, los contactos estrechos en cada familia, en cada círculo de amistades, en cada grupo laboral. Esa percepción sensorial se puede traducir en números oficiales. Los casos diarios no bajan de 200. Es una meseta alta en la curva epidemiológica. Y su efecto en el sistema sanitario encendió las alertas.

No es fácil conseguir una cama, sin importar que se trate de un paciente Covid 19 o no. Queda un mínimo margen disponible y para dar con una de esas plazas, a menudo, hay que deambular en ambulancia recorriendo sanatorios y hospitales. Hay testimonios que así lo acreditan, pero fue el presidente del Colegio Médico, Mario Penizzotto, quien primero lo blanqueó aquí en Canal 13 el lunes 12 de abril.

La situación es crítica. Ya no se trata únicamente de un tema de porteños o de grandes centros urbanos. Cada quien tiene sus urgencias. San Juan no escapa a esta realidad, aunque en las calles se respire un clima de 'aquí no pasa nada'. El subsecretario de Medicina Preventiva, Matías Espejo, lo reveló con crudeza este lunes en Banda Ancha. A continuación, los datos duros:

-Las terapias intensivas están saturadas porque a los pacientes Covid 19 se les suman otros que el año pasado, por la Fase 1, no estaban. Por ejemplo, personas que sufrieron accidentes con traumatismos graves. En 2020 disminuyeron mucho los siniestros por la baja o nula circulación en las calles. También están las personas que sufrieron complicaciones por cirugías programadas, que se habían suspendido allá en el inicio de la pandemia.

-La mitad de las camas de terapia intensiva está ocupada con pacientes Covid 19 y la otra mitad con pacientes no Covid 19. Queda apenas un 2 por ciento disponible en el ámbito de la salud privada para seguir recibiendo enfermos. Se trate de Coronavirus o de cualquier otra patología grave, conseguir una cama es difícil. Cuando el cuadro es urgente, el tiempo apremia.

-En las terapias intensivas de los tres hospitales públicos afectados al Coronavirus también hubo un crecimiento de demanda. De las 12 camas críticas del CEMEC (ex Hospital Español) están permanentemente ocupadas entre 10 y 11. El Marcial Quiroga agregó entre 2 y 4 camas más el fin de semana pasado porque ya no daban abasto por la demanda. Y el Rawson pasó de tener entre 8 y 10 pacientes críticos hace dos semanas a tener en la actualidad 24 pacientes Covid 19 y 12 pacientes con otras patologías graves.

-El sector público en su máxima expresión podría disponibilizar 118 camas de terapia intensiva. Si todos los días se incorporan 200 casos nuevos y de ellos algunos revisten gravedad, no cuesta demasiado imaginar el resultado final. Es la saturación.

-Tener más de 200 casos diarios durante semanas es insostenible. Hay que bajar ese nivel. Lo dijo con todas las letras el doctor Espejo, no por ocurrencia suya sino porque es la conclusión lógica a la que han arribado quienes están al frente de las políticas sanitarias de la provincia. No es necesario llegar a los picos de 400 o 500 casos alcanzados en la primera ola. El sistema colapsaría mucho antes.

-Desde la semana pasada, Salud Pública dispuso activar las internaciones domiciliarias. Cualquier paciente que se encuentre en vías de recuperación es derivado a su casa, con la cobertura de su obra social, medicina prepaga u otro dispositivo del Estado, para posibilitar la disponibilidad de camas dentro de las clínicas y hospitales. 

-A todo esto hay que sumarle el agotamiento del personal terapista, tanto médico como auxiliar. Llevan más de un año de trabajo sin descanso, con una sobrecarga difícil de sobrellevar. Es cierto que esta vez están inmunizados, que han recibido las dos dosis de vacuna para estar protegidos frente al contagio. Pero eso no sustituye la falta de horas de sueño. No alivia el estrés inevitable.

Por momentos parece que los sanjuaninos y las sanjuaninas le hubieran perdido el temor al Coronavirus, ya sea por fastidio o por hartazgo. Por subestimar la amenaza de la segunda ola también. O por simple y pura negación, como reacción psicológica frente a una realidad dramática. Mirar para el costado no parece buena idea. Por el contrario, es una insensatez.

El miedo no es zonzo.


JAQUE MATE