OPINIÓN

Destino cantado

Con las variantes más agresivas ya en circulación en San Juan, los contagios solo pueden aumentar. Nuevas restricciones no ayudan si siguen las trampas.
lunes, 17 de mayo de 2021 · 10:20

La noticia de la circulación viral de las variantes más agresivas del Covid 19 cayó como una bomba. Era absolutamente previsible. Si ya había sucedido en las provincias limítrofes, a San Juan solo le faltaba la certificación oficial del Instituto Malbrán. Llegó finalmente el viernes, para sacudir el escenario y reenfocar la perspectiva. Con las variantes de Manaos y la británica, además de la andina, solo habrá más contagios y en consecuencia, más pacientes internados. La buena noticia es que no habrá sorpresas por un tiempo: los números deberían empeorar.

La jefa de Epidemiología, Mónica Jofré, dejó una meta discreta por delante. Conocida la noticia de la circulación de estas nuevas variantes, el esfuerzo social debería estar puesto en que no se conviertan en las variantes predominantes. Acaso esto sea posible, cuando la pelea es contra un enemigo invisible y ningún instrumento existente en la provincia es capaz de diferenciar el genoma. El único aparato que posibilita este complejo estudio está en Buenos Aires. Por lo tanto, los contagios seguirán apareciendo pero sin tanto detalle.

Con la variante de Manaos no solo se contagian personas cada vez más jóvenes, sino que quienes ya tuvieron Coronavirus se puede infectar otra vez. Parece una broma de humor negro, pero nada más alejado. Es la realidad de una peste que puso en aprietos al mundo entero y perforó los palacios más ricos del planeta.

San Juan empieza una nueva semana con la certeza de que hay tres variantes nuevas y posiblemente alguna más por ahí, que todavía no ha sido detectada. Dos de ellas, la de Manaos y la británica son mucho más contagiosas que las conocidas hasta el momento en la provincia. A mayor cantidad de contagios, más pacientes graves y más muertos. Así de cruel. Así de preocupante.

El dato de las variantes se vuelve doblemente importante en esta semana de decisiones. La pregunta es qué pasará desde el 22 de mayo en adelante, atento a que el viernes finalizará la vigencia del decreto presidencial actual. Por lo pronto, no habrá fin de semana largo. Se levantó el feriado puente del próximo lunes 24 de mayo para desalentar los grandes desplazamientos de personas. Y parece sensato.

Tras la confirmación de las nuevas variantes en circulación, la Secretaría de Estado de Deportes se sentó con las federaciones y las habilitó a retomar su actividad, sus entrenamientos, a partir de este lunes 17 de mayo. Dependerá del criterio de cada una de las organizaciones iniciar de inmediato o esperar un poco, siempre garantizando el distanciamiento y el cumplimiento del resto de los protocolos.

No se implementarán tampoco los permisos turísticos nuevamente. La ministra Claudia Grynszpan dijo en Banda Ancha el viernes pasado que quedó demostrado que no hay multitudes dispuestas a aglomerarse en la Difunta Correa, San Expedito o San Ceferino. Entonces, el certificado que otrora se tramitaba online pasó a la historia. No más.

Tampoco habría nuevas restricciones en el ámbito educativo. El ministerio que conduce Felipe De los Ríos informó el viernes que en abril los casos sospechosos y los confirmados dentro de las escuelas fueron ínfimos. Apenas el 0,22 por ciento en estudiantes, el 3,35 por ciento en docentes y el 3,63 por ciento en no docentes. Con esos valores, la presencialidad no estaría amenazada por el momento.

El gran inconveniente nunca estuvo en las escuelas sino en la circulación de personas que la presencialidad genera. Además de las reuniones sociales derivadas del contacto escolar, particularmente de parte de los adolescentes. Ese fue el argumento que expuso el gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, la semana pasada cuando volvió todo a la virtualidad. Esta semana Neuquén imitó la medida, por la escalada de contagios.

¿Vale la pena ordenar las compras en el comercio por terminación de DNI como hizo Mendoza días atrás? Es difícil saberlo, si las ventas siguen cayendo y en realidad hay más personas paseando que gastando al menos en el microcentro.

Nuevamente, todos y todas se juntan a bordo del servicio público de transporte de pasajeros, donde no se respeta el límite de hasta 10 pasajeros parados, ni mucho menos la exigencia de ventanillas abiertas. Está la normativa pero no se cumple.

También están absolutamente prohibidas las reuniones sociales. Sin embargo nunca se detuvieron. Algunas, pocas, fueron detectadas por operativos policiales y los organizadores terminaron en la Justicia de Faltas. La infracción se arregla con una multa. Si no es muy severa, posiblemente haya valido la pena correr el riesgo, estarán pensando.

Este punto de las fiestas clandestinas es el más extremo, pero hay una infinidad de pequeñas transgresiones a las normas de distanciamiento para evitar los contagios. Desde colocarse correctamente el tapabocas hasta evitar las salidas a la vía pública porque sí. Cada quien podrá hacer su propio examen de conciencia y reevaluar su rutina cotidiana. Usar la información disponible para barajar y dar de nuevo.

Aunque se decretara el toque de queda, aunque hubiera patrullas circulando por cada rincón de la provincia, igualmente habría evasiones, trampas, ingenio puesto al servicio de la infracción. Sin un real compromiso colectivo, no habrá medida efectiva. Y el destino estará cantado.


JAQUE MATE