OPINIÓN

Tres meses difíciles

Uñac hizo una proyección conservadora al anunciar el Programa Proteger Empleo. Bienvenida la asistencia de la provincia. Pero queda un sector afuera.
martes, 1 de junio de 2021 · 09:34

Tal vez haya sido conservador el gobernador Sergio Uñac cuando este lunes dijo que vienen tres meses difíciles. Fue optimista. Da miedo pensar en un futuro más complicado en términos sanitarios y económicos. En cualquier caso, más allá de los pronósticos está la realidad. Y con eso basta y sobra para entender la magnitud del problema.

San Juan sigue sumando entre 600 y 700 casos diarios de Covid 19, con un factor de ocupación de camas de terapia intensiva que roza el 90 por ciento. Se espera que en las próximas jornadas haya un decrecimiento progresivo que refleje el parate de 9 días impuesto por el confinamiento estricto. Esa expectativa a la baja es la que permite seguir adelante con la actividad económica restituida. Llena de protocolos y restricciones, pero restituida al fin.

Sin embargo, se puede prever un comportamiento pendular de la curva de contagios. Así como debería retraerse por efecto del confinamiento, en la medida en que regresa la gente a las calles deberían volver a subir los casos. Entonces vendrá otro cierre. Ese esquema intermitente estará dictado básicamente por la saturación de camas críticas. No habrá demasiado lugar a discusión porque es un indicador objetivo e indisimulable. No se puede mirar para otro lado.

Esta vez el confinamiento afectó solo tres días hábiles. Pero para el comercio, la industria y los servicios fue bastante mayor el impacto, porque llevan más de un año con esquemas parciales que les permiten producir -y ganar- una fracción de lo que venían facturando antes de la pandemia. Es un hecho fáctico, se puede medir. Se puede buscar culpables también, pero al final terminará siendo uno de los impactos de la peste.

El gobernador reconoció que se esperaba a esta altura tener una mayor proporción de población vacunada. Pero la verdad es que salvo un par de naciones con altísimo poderío económico, el resto del planeta quedó relegado en el reparto. Eso apenas parece estarse revirtiendo, con la llegada de dosis a la Argentina y a San Juan. Sin embargo el invierno está aquí. La consigna original era ganarle a las bajas temperaturas con la inmunización. Esa batalla ya está perdida.

Por eso, frente a la contundencia de la realidad, la provincia destinó 1.000 millones de pesos de su propio presupuesto para complementar la asistencia anunciada por el presidente Alberto Fernández. Son recursos destinados específicamente a pequeñas y medianas empresas que tienen el deber de pagar salarios con rentabilidad disminuida y encima, con la certeza de que cerrarán periódicamente en la medida en que vuelva a subir la curva.

El criterio de reparto tendrá en cuenta los rubros más castigados por la pandemia, no los más o menos esenciales. Porque los esenciales no tuvieron que detenerse jamás. Entre ellos, los supermercados. Por lo tanto, esta vez verán pasar los subsidios. No son para ellos.

Entrará el comercio minorista en general, el sector turístico y hotelero, y las industrias culturales. En total están cuantificadas unas 1.200 empresas, que le dan empleo a unos 10.000 trabajadores. Ese es el objetivo: preservar los puestos, evitar el cierre de las compañías o los achicamientos de personal. Que la pandemia no sea excusa para dejar gente en la calle.

El subsidio aliviará el pago de salarios. No es poca cosa. Y también alcanzará a unos 5.000 monotributistas y autónomos, que puedan tener hasta 5 empleados cada uno. En palabras de Uñac, la intención es que ninguno se vea más afectado de lo que ya está. Dicho de otro modo: que nadie pretenda ganar con esta asistencia. Es un salvavidas para mantenerse a flote y punto. Después habrá que seguir remando.

El gobernador mencionó un dato particularmente importante. Los postulantes para recibir este subsidio deben contar con el 931. Para aquellos que nunca tuvieron que liquidar salarios, es necesario explicarlo. Ese formulario es una declaración jurada que se presenta en la AFIP para ingresar aportes y contribuciones. Pero se puede decir más fácil todavía: la ayuda será solo por trabajadores registrados. La informalidad quedará afuera.

Los trabajadores no registrados, que en Argentina se estima rondan el 40 por ciento, fueron cubiertos el año pasado por el Ingreso Familiar de Emergencia. Fueron tres pagos de magros 10.000 pesos, con una frecuencia bimestral. Pero llegaron. Esta vez no hay intenciones del gobierno nacional de darle una continuidad al IFE. Y es una decisión que agrieta al Frente de Todos, porque dar ayuda solo al que tiene empleo en blanco y dejar de lado al que no, es injusto.

Nación asistirá a las empresas a través del programa REPRO, que paga los salarios de las firmas en situación crítica. La provincia complementará con sus propios fondos, cubriendo a las pymes que no califiquen para el REPRO. El objetivo es evitar que se siga desgranando el empleo de calidad, el que tiene aportes para jubilación y obra social. Quedará pendiente el otro drama, estructural e histórico, que solo se resolverá generando nuevas fuentes laborales. Pero para que eso ocurra falta bastante todavía.

Hay que reconocerlo. No barrer la mugre debajo de la alfombra. Nada de esto le restará importancia a la decisión provincial de asistir a las empresas más damnificadas. Es una medida importante, esperada y necesaria.

Para ejemplificar la situación, la ministra de Turismo, Claudia Grynszpan, dijo que el sector hotelero urbano, que es el mayoritario en el Gran San Juan, lleva un año con un promedio de ocupación del 16 por ciento. Claramente con esa actividad no se puede sostener al personal. El subsidio del gobierno les dará una bocanada de oxígeno, hasta más adelante. Después se verá.

Uñac dijo que vendrán tres meses difíciles y sonó optimista. Es posible que se haya quedado corto con la proyección. Desde el arranque el Programa Proteger Empleo se extenderá por cuatro meses, de julio a octubre, pagándose a mes vencido. Es decir que prevén llegar hasta bien entrada la primavera, cuando estén los primeros brotes y las vacunas hayan hecho lo suyo. Que así sea.


JAQUE MATE