OPINIÓN

Orrego, su liderazgo y las tensiones

Todas las miradas apuntan al santaluceño, en el filo de cierre de frentes electorales. Un par de preguntas incomodan la definición de listas.
viernes, 2 de julio de 2021 · 10:36

Hay un tema central en estas horas de definiciones políticas y es el de los liderazgos. Se respira tensión entre los que consideran que las estructuras deberían estar por encima de los personalismos y los que, por el contrario, entienden que sin una conducción fuerte los proyectos tienden a naufragar. Dentro del peronismo no hay dudas porque es un partido construido en la verticalidad. El inconveniente está planteado en la oposición, donde todavía hay pretensiones de horizontalidad.

Lo planteó uno de los socios fundadores de Dignidad Ciudadana, Alberto Sánchez. Formalmente incorporado al Frente Juntos por el Cambio, este partido viene con una tradición bastante a contrapelo del resto de la política tradicional. Por ejemplo, esta es apenas la segunda vez que se incorporan a una alianza electoral en cerca de 20 años de existencia.

'Nuestro partido no reconoce liderazgos personalistas hacia adentro ni hacia afuera', dijo Lito Sánchez este jueves en Banda Ancha. Fue un mensaje directo hacia Marcelo Orrego. Con el aval de los votos, el santaluceño es reconocido por un amplio sector como el líder de la oposición. Por eso, desde Consenso Ischigualasto lo han apurado más de una vez para que sea él quien convoque. En la mesa larga de Juntos por el Cambio, la cabecera es suya.

Esta relatividad del liderazgo personalista no es una cuestión exclusiva de Dignidad Ciudadana. También están en esa postura referentes de la política añosos, como Alfredo Avelín Nolléns, de Cruzada Renovadora, y Antonio Falcón, de la Unión Cívica Radical. El primero sigue incorporado a Consenso Ischigualasto, desde donde reclama una convocatoria generosa de parte de Orrego. Pide ser tratado de igual a igual, independientemente del caudal electoral que aporte una u otra fuerza. Difícil.

Algo semejante viene diciendo Falcón, desde el seno de Juntos por el Cambio. Con el radicalismo reducido a su mínima expresión, sin siquiera un diputado provincial, el abogado reclama una mesa redonda. Desde esa concepción se permitió hablar con Avelín Nolléns por su cuenta, porque se conocen hace décadas. No pidió permiso a sus aliados y pagó el costo de cierto malestar interno por 'cortarse solo'.

También Lito Sánchez habló con Alfredo y Nancy Avelín sin consultarle a Orrego. 'Todos apuntamos a la unidad de la oposición', sostuvo en vivo en Canal 13. Claro que no buscan sumar a cualquiera sino a los compatibles. Evidentemente, de todo lo que ofrece Consenso Ischigualasto, la Cruzada es la única expresión que pueden considerar viable.

Pueden considerarla Dignidad Ciudadana y la UCR, pero no Producción y Trabajo. Aunque el intendente de Rivadavia, Fabián Martín, también abrió su despacho para escuchar a referentes de Consenso Ischigualasto, la definición final depende de Orrego.

De apellido peronista, el diputado nacional y heredero político de Roberto Basualdo está sentando las bases de un estilo propio de conducción. El senador supo construir frentes que fueron exitosos en lo electoral, con bloques numerosos en la Legislatura y victorias en algunos municipios en la cresta de popularidad de José Luis Gioja, Néstor y Cristina Kirchner. Pero esos armados siempre fueron transitorios y se terminaron desarmando al poco andar.

Orrego ha sido más exigente con los socios electorales y en la última elección reservó los primeros lugares de la lista de diputados proporcionales para dirigentes de Producción y Trabajo. Ese desplazamiento de los otros fue uno de los motivos de ruptura con Dignidad Ciudadana. También fue factor de discordia con Cruzada Renovadora.

El santaluceño es apuntado por todo el arco opositor como el que mayores chances tiene para disputar la gobernación en 2023. Esta elección legislativa de mitad de mandato se ha convertido en la línea de largada para aquella otra posta, la más importante en el horizonte. Por eso se recalentaron las negociaciones. En plena cuenta regresiva para el 14 de julio, día de inscripción de frentes electorales, no parece que Orrego vaya a levantar el teléfono para llamar a nadie. Serán los que están.

Ese estilo de liderazgo se pondrá a prueba también el 24 de julio, cuando haya que presentar listas. Lito Sánchez dijo que lo ideal sería el consenso. Pero partiendo de la diversidad que hoy confluye en Juntos por el Cambio, es esperable que haya compulsa entre dos o más alternativas. Orrego podría dejar hacer, que cada uno juegue y defienda su candidatura. O bien, podría mover piezas propias en busca de otra banca para Producción y Trabajo en el Congreso Nacional.

Su partido viene reclamando encabezar. Si Juntos por el Cambio como mínimo saldrá segundo en San Juan detrás del Frente de Todos, quien gane la primaria casi tendría asegurada la diputación nacional. ¿Cabe entregarla a algún asociado? Así llegó el macrista Eduardo Cáceres. Participó de una interna multitudinaria en 2013 y dio el batacazo. Luego logró la reelección en acuerdo con Basualdo.

Cáceres llega a 2021 magullado por su situación procesal. Y en principio el PRO no tiene una figura rutilante para demandar trato preferencial en la sucesión. El único dirigente con votos propios que está disponible y tiene ganas de ser diputado nacional es Rodolfo Colombo. Pero es aliado, no pertenece. ¿Orrego le dará su respaldo o armará una lista paralela de Producción y Trabajo, para que gane el mejor?

Y en esta segunda hipótesis, ¿cómo jugarán el PRO, la UCR y Dignidad Ciudadana frente a la contienda interna? ¿Apoyarían a Colombo o a quien señale Orrego? Son preguntas todavía sin respuesta. Pero estos interrogantes le dan forma a las tensiones que deberán resolver a lo largo de este mes.


JAQUE MATE