OPINIÓN

Uñac, Orrego y la metida de pata de Alberto

El cumpleaños clandestino en Olivos provocó una ola de reacciones. La sentencia final recién estará en el cuarto oscuro el 12 de septiembre.
martes, 17 de agosto de 2021 · 11:48

Salvo la euforia de la victoria inicial y alguna otra buena noticia como la llegada de las vacunas, Alberto Fernández ha tenido más dolores de cabeza que otra cosa desde que le tocó asumir la Presidencia de la Nación. Esta afirmación no debería ser una opinión sino un dato, aunque para ello debería enumerarse la larga cadena de malos ratos, desde la llegada temprana de la pandemia en adelante. Lo cierto es que este fin de semana largo lo encontró nuevamente pagando el costo de uno de esos traspiés, desde que se difundió la foto del cumpleaños de Fabiola Yáñez en la Quinta de Olivos, con el propio jefe de Estado, en flagrante desobediencia al confinamiento. 

Sí, fue en flagrancia, aunque no les tocara juicio rápido como a tantos otros que también cometieron la imprudencia y tuvieron que pagar el costo, si es que los sorprendió la policía. Para Alberto, Fabiola y compañía, la sanción todavía está por verse. Por lo pronto, la factura política en contexto de campaña parece ser la más severa.

Llamativamente los dedos señaladores de la inconducta presidencial son los mismos que se embanderaron en la desobediencia de las medidas sanitarias. Pero eso termina siendo anecdótico. La acusación cruzada entre unos y otros por ver quién tuvo y tiene la mayor doble moral, resulta repulsiva. Más allá del laboratorio montado en redes sociales y de la opereta montada para la ocasión en los búnkeres respectivos, la calle sigue su ritmo y con las mismas urgencias de toda la vida. Y otra vez se enfrente a un abanico de portadores de soluciones, caídos en el peor descrédito.

Por supuesto que festejar el cumpleaños de la primera dama en Olivos fue una pésima idea. Cuesta pensar que nadie dijo: 'Che, esto está mal'. Entonces queda el doble sabor amargo al suponer que igualmente, después de la advertencia, siguieron adelante. Después que la foto trascendiera públicamente con oportunidad política a favor de la oposición, fue una cuestión bastante previsible. Porque en materia de marketing todo está permitido, desde Maquiavelo en adelante. 

Pero nadie puede alegar su propia torpeza. Si el oficialismo sirvió en bandeja su debilidad por desoír sus propias normas sanitarias, entonces tendrá que pagar el precio. Fue bueno que Fernández pidiera perdón. Ahora, que no crea que con ese gesto necesario iba a ponerle punto final al usufructo macrista. Eso no sucederá. Además está la ofensa a los propios, esos que militaron con convicción las medidas de confinamiento, que pusieron la cara por el proyecto y hoy tienen que hurgar buscando argumentos para defender al conductor.

El peronismo sabe cómo hacerlo. No será la primera vez que ocurra. Puede haber alguno o alguna que salte por la borda, sospechando que se viene un descenlace tipo James Cameron en Titanic. Pero la mayoría acomodará el cuerpo para librar la nueva batalla. Hay argumentos y referentes de peso que permitirán contrapesar la metida de pata.

Uno de ellos fue inesperadamente el gobernador de San Juan, Sergio Uñac. El viernes pasado -parece que hubiera transcurrido una eternidad- en presencia del ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat de Nación, Jorge Ferraresi, endureció su discurso. Como nunca antes, salió al cruce del macrismo con un dato inapelable, que no está en una foto sino en muchas. Fundamentalmente está en los números.

Fue al momento de entregar 102 casas en Angaco. Ahí Uñac dijo que en los cuatro años anteriores, aunque San Juan construyó muchas viviendas, la gran mayoría fue sin apoyo del expresidente Mauricio Macri. Vale repasar las palabras textuales del gobernador: 'En 2016 firmamos un convenio por 1.100 viviendas, que lo volvimos a firmar en 2017, 2018 y 2019. Si lo dividimos, hicimos 200 por año. Solo en la firma de dos convenios con el ministro Ferraresi y el presidente Fernández hemos totalizado casi 5.000 viviendas y la mayor cantidad de ellas ya está en ejecución'. 

Fue apenas una frase, larga pero una sola. Y dejó varias conclusiones. La primera de ellas es que acusó al macrismo de haberle dado la espalda a San Juan. De haber repetido el mismo convenio cuatro veces para tener muchos anuncios que publicar, aunque los ladrillos se estuviesen levantando sin fondos nacionales. El segundo concepto que ofreció Uñac es el contraste a favor de Fernández, en respaldo de ese mensaje suyo de campaña acerca de que a la provincia le está yendo mucho mejor con este presidente que con el anterior, sin importar las fotos o el cumpleaños clandestino en Olivos. Y la tercera lectura que se desprende es la oportunidad.

El gobernador renovó su alineamiento con la Casa Rosada frente a un ministro albertista y kirchnerista, de los más fuertes y convencidos. Uñac tuvo el gesto político en uno de los momentos más adversos para el presidente Fernández. Habrá tenido doble valor entonces, el afecto manifestado desde San Juan.

De aquí en adelante habrá que ver hasta dónde esté dispuesta a llegar la oposición nacional, que llegó a amenazar con un juicio político a Fernández, hasta que el candidato macrista Martín Tetaz advirtió que una acción destituyente podría resultar peor para sus intereses, porque asumiría la vicepresidenta Cristina Fernández otra vez al frente del Poder Ejecutivo Nacional. Hoy parece improbable que prospere un escenario semejante.

Sí resulta muy aprovechable, visto desde Juntos por el Cambio, el uso de la foto para apalancar la campaña opositora, frente a la inapelable contradicción de Fernández. En este sentido, funcionó como una máquina bien aceitada, la publicación de posteos en redes sociales de todos y cada uno de los principales referentes de ese espacio político en San Juan, desde Marcelo Orrego y Susana Laciar, hasta Enzo Cornejo y Eduardo Cáceres, con sincronía y meticulosa coincidencia. Todos dijeron lo mismo al mismo tiempo. Fue una acción lógica.

Uñac contrapesó con casas y números. Este martes seguirá en Caucete. El veredicto final estará en las urnas. El 12 de septiembre servirá, entre otras cosas, para liquidar la pelea.


JAQUE MATE