JAQUE MATE

No son salarios solamente, es política

Podría el gobierno de Sergio Uñac escudarse en los porcentajes y dejar para más adelante el tema sueldos. Pero tiene razones para adelantarse a los acontecimientos. Prueba vital para los sindicatos.
miércoles, 14 de septiembre de 2022 · 10:00

Podría el gobierno de Sergio Uñac escudarse en los porcentajes y dejar para más adelante el tema sueldos. Este miércoles el INDEC dará a conocer el índice de precios al consumidor o IPC de agosto y con seguridad el último aumento a los estatales todavía los dejará con ventaja, por arriba de la inflación. Entonces, ¿por qué razón se reabre la mesa de diálogo salarial? Por inteligencia política. Se llama recuperar la iniciativa.

El martes 6 de septiembre en esta misma columna se analizó 'El favor de los autoconvocados', una metáfora para poner en valor el rédito obtenido en términos de paz social por el aumento histórico del 40 por ciento en una sola cuota, a partir de junio. Fue una mejora importante si se pone en comparación con la generalidad del sector privado, por ejemplo.

Se vivieron días dramáticos durante dos semanas, entre el 25 de mayo y el 8 de junio, con miles de docentes en las puertas del Centro Cívico y el primer paro de maestros sin el paraguas sindical del que se tenga registro desde el regreso de la democracia. Uñac logró apaciguar la protesta con un desembolso fuera de cálculo. Valió la pena.

Al día de hoy el salario de un maestro de grado que recién comienza, sin adicional por antigüedad ni por zona alejada, es de 78.000 pesos. Está 18.000 pesos por arriba del parámetro nacional. 

Nadie podría decir que 78.000 pesos son la panacea. No cuando la canasta básica sigue trepando desenfrenadamente. Pero la mejora del 40 por ciento en una sola cuota le permite al gobierno enfrentar a sindicatos y autoconvocados con otra espalda. Con otro clima también.

Si hubiera prosperado el acuerdo paritario inicial, el 40 por ciento de incremento se habría seccionado en cuotas. Difícilmente se hubiera podido prolongar tanto el paréntesis para retomar el diálogo salarial hasta septiembre. En el medio renunció Martín Guzmán al Ministerio de Economía, pasó fugazmente Silvina Batakis y Sergio Massa se convirtió en superministro para frenar una corrida cambiaria atroz.

El 40 por ciento de aumento de una sola vez les dio oxígeno a los estatales para sobrellevar mejor ese julio que registró la peor inflación de los últimos 20 años. El IPC de agosto quedará levemente por debajo del mes anterior pero no por mucho, según los anticipos de consultoras privadas y ONGs que realizan sus propios relevamientos. Haber tonificado los salarios estatales en junio fue una decisión acertada. Con el diario del lunes, queda clarísimo.

La mejora salarial del 65 por ciento para los estatales en el primer semestre fue también una medida positiva para el resto de la economía interna, porque la plata dura poco en el bolsillo de los trabajadores: se traduce en consumo automáticamente. Buena parte va a los supermercados, otra porción al resto del comercio y también a la contratación de servicios. Alimenta a los cuentapropistas, los oficios, las changas. Contribuye a la cadena de pagos.

Por supuesto el círculo virtuoso dura poco en la medida en que la moneda nacional pierde valor a diario. Pero esa variable escapa por mucho a las posibilidades de la provincia. Es un resorte estrictamente de Nación. Desde aquí lo único que se puede hacer es soportar el temporal de la mejor manera. Y esperar que amaine. Dice el saber popular que siempre que llovió paró.

La ministra de Hacienda, Marisa López, convocó a todos los sindicatos estatales, docentes y no docentes, para este miércoles por la tarde, una hora después de conocer el IPC de agosto. La funcionaria cuenta con la tranquilidad de que los estatales todavía estarán unos 10 puntos por encima de la inflación acumulada en los primeros ocho meses del año. 

¿Para qué llamó entonces a los gremios? Por inteligencia política. Conservar la iniciativa es jugar con ventaja. Como perder la iniciativa, correr detrás de los acontecimientos, siempre repercute negativamente en el gobierno de turno. La enseñanza fue ratificada en esas dos semanas tensas de manifestaciones frente al Centro Cívico.

La consigna entonces es ponerse a la vanguardia, por delante de los acontecimientos. En otros términos y apelando nuevamente a la sabiduría popular: abrir el paraguas antes de que llueva. Vale la consigna no solo para el gobierno de Uñac sino también para los sindicatos.

El lunes pasado en Banda Ancha el secretario general de UDAP, Luis Lucero, dijo que van a pedir ganarle a la inflación. Que no sirve empatarle o simplemente resguardar el salario para no perder. La única manera de cerrar el año con saldo positivo será ponerse por encima del IPC acumulado en los últimos 12 meses. 

Por ese motivo UDAP y otros gremios rechazan la propuesta de UPCN de volver a la cáusula gatillo. Ese instrumento solo garantiza empardar la inflación y encima con retraso: los aumentos de salarios siempre van un mes atrás del IPC informado por el INDEC. La ministra de Hacienda conoce bastante bien, de antemano, los planteos que escuchará este miércoles.

Para los dirigentes sindicales, esta semana será vital en términos de representatividad. No tienen motivos para endurecer el tono con el gobierno, porque de hecho hay muy buen diálogo. Pero tampoco pueden mostrarse tan amistosos, porque eso suele confundirse con la resignación de derechos. Es un delicadísimo límite. Una prueba.

Para el gobierno resulta esencial que los sindicatos recuperen su lugar. La paritaria es ordenadora, los interlocutores están claros. Cuando esa mesa de diálogo se deslegitima o se pone en duda, el acuerdo se torna inviable.

Los autoconvocados hicieron circular un documento este martes, en la víspera de la reunión que ya había organizado Hacienda con los sindicatos. ¿Representa a la totalidad de los docentes de la provincia? ¿A una parcialidad? ¿Hay una comisión directiva? En tal caso, ¿cuándo formalizarán la nueva organización? En esta contienda también se juega la interna sindical no resuelta.

Entonces se trata de salarios, por supuesto. Pero fundamentalmente se trata de política, en el mejor y más amplio de los sentidos.


JAQUE MATE