Un nuevo caso de caza furtiva quedó al descubierto en la madrugada del miércoles en Bermejo, Caucete, cuando efectivos de la Unidad Rural N.º 1 interceptaron una camioneta cargada con liebres muertas y galgos utilizados para la actividad ilegal. El procedimiento se realizó cerca de las 3:10 de la mañana, en un operativo de control sobre la Ruta Nacional 141, a la altura del kilómetro 130.

Según informaron fuentes policiales, los agentes detectaron movimientos sospechosos cerca de dos camiones detenidos sobre la calzada. Al acercarse, interceptaron una camioneta Ford F-100 de color celeste con cinco hombres a bordo, y al revisar la caja del vehículo, encontraron dos ejemplares de liebre mara sin vida y cinco perros galgos, ocultos bajo una lona.

Los animales eran transportados sin las condiciones mínimas de seguridad exigidas por la normativa provincial, por lo que se procedió al secuestro preventivo de los perros y de los restos de fauna silvestre. El hecho fue registrado bajo el expediente contravencional N.º 26/25, que quedó a cargo del Juzgado de Paz de Caucete.

Aunque no hubo personas detenidas, el procedimiento fue debidamente documentado. Las autoridades confirmaron que los involucrados no contaban con autorización de caza ni permiso de transporte de fauna, y que además incurrieron en maltrato animal, al no asegurar condiciones adecuadas para los canes durante su traslado.

Desde la Policía Rural destacaron que estos operativos forman parte de una estrategia sostenida de fiscalización en zonas rurales, con el objetivo de proteger la fauna silvestre y combatir prácticas ilegales, como la caza con galgos, prohibida por su carácter depredador y las condiciones a las que se somete a los animales.

Como parte de sus tareas habituales, la fuerza informó además que actualmente se encuentran bajo resguardo siete caprinos decomisados en procedimientos anteriores, reflejo del trabajo permanente que se realiza en el control de actividades rurales no autorizadas.

El uso de galgos para la caza es considerada una forma de maltrato animal por diversas organizaciones proteccionistas y está regulada por leyes provinciales que buscan proteger tanto a la fauna como a los propios perros utilizados en estas prácticas.

La causa continuará su curso en el ámbito contravencional, mientras los animales rescatados quedaron bajo la tutela de las autoridades policiales para su evaluación veterinaria y eventual reubicación.