El ritmo laboral actual, muchas veces acelerado y demandante, puede empujar a las personas a límites difíciles de sostener. En ese contexto aparece el burnout, también conocido como síndrome del trabajador quemado, un cuadro cada vez más frecuente, pero que muchas veces pasa desapercibido o se minimiza.

La psicóloga Johanna Jofré (M.P. 1182) explica que el burnout se manifiesta cuando una persona pierde toda motivación para ir a trabajar, sintiéndose emocional y físicamente agotada: "Es cuando la persona ya no puede manejarlo, ya no tiene motivación para ir a trabajar. Está quemada, literalmente", señala.

Burnout es un término en inglés que significa "estar quemado", y en el ámbito de la salud mental hace referencia a un estado de agotamiento extremo, tanto físico como emocional, relacionado directamente con el ámbito laboral.

"Tiene que ver con el cansancio profundo, la falta de energía, el no poder relajarse ni siquiera después de una jornada intensa", detalla Jofré. Aunque se asocia principalmente con condiciones laborales estresantes, no hay una única causa: "Puede tratarse de una situación laboral interna, una sobrecarga de tareas o incluso un momento personal complicado que interfiere con el trabajo", aclara.

Señales

El burnout no aparece de un día para otro. Se va instalando lentamente y muchas veces se naturaliza en la rutina diaria. Algunas señales comunes son:

  • Sensación persistente de agotamiento
  • Falta de motivación o interés en tareas habituales
  • Dificultad para desconectarse del trabajo fuera del horario laboral
  • Irritabilidad, frustración o apatía
  • Problemas para dormir o descansar adecuadamente

"¿A quién no le cuesta relajarse después de un día intenso? ¿Quién no se queda enganchado con pendientes del trabajo?", plantea la profesional, destacando lo habitual de estas experiencias. Sin embargo, advierte que cuando el estrés es constante, puede volverse crónico y grave.

La psicóloga remarca que, aunque es común, no hay que minimizar el burnout: "Uno tiende a naturalizarlo, pero en estados de constante estrés, esto se vuelve crónico y se convierte en un problema serio de salud mental".

Identificar los síntomas a tiempo, pedir ayuda profesional y revisar hábitos laborales son pasos clave para evitar que el burnout se instale. A veces, poner límites, descansar y reconectar con lo personal es más urgente que cumplir con una nueva tarea.