HISTORIA DE VIDA

El desgarrador testimonio de una sanjuanina víctima de violación

Un encuentro pactado para brindar un servicio sexual se convirtió en un secuestro que incluyó insultos, golpes y violación.
domingo, 15 de noviembre de 2020 · 18:17

Un encuentro pactado con un conocido que deseaba tomar sus servicios, se convirtió en una autentica pesadilla para Laura Montaño. La joven que actualmente tiene 24 años de edad, y en el 2018 estaba dando sus primeros pasos como trabajadora sexual. Esa noche, en ese lugar que nunca olvidará, su vida corrió riesgo en manos de un sujeto que se obsesionó con ella, al punto de secuestrarla y violarla.

Madre de dos varones de 4 y 5 años y una beba de 8 meses, Laura se animó a contar un episodio descarnado de su vida a Canal 13. ‘Fue un día de semana, no lejos de miércoles o jueves, dos días antes de mi cumpleaños’, recordó la víctima.

Era medianoche y la trabajadora sexual había acordado brindar sus servicios en un domicilio particular a un amigo de una amiga, con el cual anteriormente ya habían compartido una reunión social, en la que había muchas personas, tomando alcohol, escuchando música y pasándola bien. Esa noche, solo eran ellos dos, no hubo música, no hubo alcohol, y por supuesto ella no la pasó bien.

‘Yo sabía por mi amiga que él deseaba tener un encuentro conmigo porque le gustaba, mi amiga me comentó y accedí porque para mí era un cliente más’, contó la joven rememorando la génesis de su peor pesadilla y guardándose la identidad de su agresor por temor a futuras represalias.

Rondaban las 00 horas, cuando la trabajadora sexual llegó en un taxi a la dirección que el amigo de su amiga le había dado en el departamento de Rawson. Laura contó que de entrada hubo cosas que le parecieron raras, como que tuvo que pagarse ella el taxi y que al entrar al lugar, era un taller mecánico y no un departamento como le había descripto anteriormente.

Ya en el lugar, el sujeto un poco mayor que ella, le dio la plata y la invitó a subir a una oficina donde concretarían el encuentro. Hasta ese momento él se presentaba amable, fue entonces que bajó con una excusa torpe y cuando subió era otro tipo. Sin mediar palabra le quitó la plata y le dijo sosteniéndola del cuello ‘te vas a quedar quieta y vas a hacer caso’.

Acto seguido, la desnudó, la golpeó violentamente y comenzó a abusar sexualmente de ella. La pesadilla de la joven había empezado tan rápido, que ni siquiera tuvo tiempo para darse cuenta o presentir lo que vendría después. ‘Cuando nos conocimos en aquella fiesta jamás me imagine que él era así, se mostraba bueno conmigo, cercano’, dijo.

‘Me acuerdo pedirle llorando desconsoladamente que me soltara, que tenía hijos, el se ponía cada vez más violento y mientras me violaba, me insultaba y me decía que me iba a matar’, recordó Laura con la voz entrecortada.

Las vejaciones empezaron pasada la medianoche y se prologaron como hasta las 4 de la madrugada, cuando Laura pudo librarse del cliente violador. Sacando fuerzas de donde no tenía, agarró una llave francesa que encontró cerca de una de sus manos y mientras el abusaba de ella, le dio en la cabeza provocándole un desmayo.

La víctima, se apresuró a tomar la cartera y vestirse a medias, bajó desesperadamente y se dirigió hacia el portón de salida el que para su infortunio, se encontraba con llave. Buscando por el lugar, con temor a que su agresor despertase y bajara, las encontró puestas en el tambor de una camioneta estacionada en el interior del taller, salió a la calle semi desnuda y paró al primer automovilista que vio.

Un taxista fue el que se paró ante el desesperado pedido de Laura. Después de escuchar una versión resumida y apurada de su desgarrador testimonio, la llevó a la Comisaría 24º de Rawson donde denunció al violador.

El sujeto fue juzgado por violación, agresión y privación ilegitima de la libertad. Cargos por los que después fue condenado y que actualmente se encuentra pagando en el Penal de Chimbas. Laura por su parte, contó que es un trauma que la acompañará el resto de su vida como el episodio más difícil que le tocó vivir.

‘Hasta el día de la fecha, salgo a trabajar con miedo a que me maten, que me peguen y secuestren nuevamente. Vivo el día a día con esa situación a cuestas’, confesó. El contexto en el que la joven vivió todo el terrible episodio fue unos días después de haber perdido un hijo. ‘Me repuse porque debía hacerlo, seguí adelante por mis hijos’, contó.

Laura recordó esos momentos y no pudo evitar que se le entrecorte la voz. Ella aseguró que su experiencia como trabajadora sexual, es una de las tantas situaciones que en la provincia pasan y que muchas de ellas no toman relevancia mediática como su caso.

Hoy en día, Laura puede contar el desgarrador episodio de su vida, teniendo al lado a sus tres hijos, pilar fundamental para que ella decidiera escapar esa madrugada y posteriormente seguir luchando por darles el sustento día a día. El amor de madre la sacó adelante y hoy día aunque sale a trabajar con miedo a vivir nuevamente algo similar, sus hijos son el motor que la moviliza a no bajar los brazos.

El pasado que llevó a Laura a dedicarse al trabajo sexual

‘Hace 4 años me dedico a esto, empecé con poco más de 18 años’, contó la joven para luego confesar que no le quedó otro camino, ya que tuvo otros trabajos pero no le redituaban como este. Hacía pocos meses había nacido su primer hijo y tenía que criarlo sola, porque que el padre estaba preso en ese momento.

'Mi familia me había dejado de lado, el padre de mi hijo me pegaba, íbamos y veníamos. Para colmo, después cayó preso y no tuve otra opción que salir a la calle a dedicarme a ser trabajadora sexual', afirmó.

Anteriormente, Laura trabajó como moza en una pizzería, moza de eventos, operadora de remisería, pero en ningún trabajo ganaba o suficiente como para mantener a su hijo.