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San Juan, origen de los lagartos: el descubrimiento científico que asombra al mundo

Investigadores de la Universidad Nacional de San Juan presentaron el Taytalura Alcoberi, una especie de representante temprano de los actuales lepidosaurios. La famosa Revista Nature publicó el trabajo de los científicos sanjuaninos.
miércoles, 25 de agosto de 2021 · 13:05

Hace 20 años, un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de San Juan hallaron un fósil que hoy se convierte en uno de los descubrimientos científicos más asombrosos del mundo. Se trata del Taytalura Alcoberi, una especie de representante temprano de los actuales lepidosaurios, (lagartos, serpientes y esfenodontes), según describió, Ricardo Martínez, el científico de la UNSJ que lo descubrió.

Este reptil vivió hace 231 millones de años en el lugar que hoy se conoce como Ischigualasto. Tras ser descubierto, los investigadores de la UNSJ trabajaron más de 20 años en para concluir que se trata de un ancestro de lagartos, serpientes e iguanas. Según publicó la Revista de la U, el pequeño cráneo estaba dentro de un sedimento o concreción y mide apenas dos centímetros.

El logro sanjuanino, fue publicado por la prestigiosa revista científica Nature y este miércoles fue presentado por las autoridades de la UNSJ.

El Taytalura Alcoberi

Según los estudios realizados por el equipo de paleontólogos de la Universidad, el reptil habría medido unos 15 cm de largo. Fue hallado en la parte norte del sitio conocido como la “Cancha de Bochas”, sector donde afloran rocas de la Formación Ischigualasto. El fósil estaba completo y preservado tridimensionalmente. “Algo inusual en este tipo de fósiles tan pequeños y frágiles”, comentó el paleontólogo del Instituto y Museo de Ciencias Naturales (IMCN) de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNSJ, Ricardo Martínez, a la revista.

Taytalura Alcoberi 

Este animal es el primero en su tipo encontrado en toda Sudamérica. Era similar a una lagartija, poseía grandes órbitas, un cráneo ampliado hacia atrás como el de un camaleón y que los huesos de su cráneo están adornados con muchos huecos pequeños. Sus dientes no se hallan en orificios como en los humanos, ni en un escalón como en muchos lagartos, ni pegados como en los esfenodontes, sino introducidos en un largo canal.  “Un modo único nunca visto en otros reptiles”, remarcó Martínez.

El científico aseguró que las características anatómicas de “Taytalura Alcoberi” muestran que “es un representante temprano de los lepidosauromorfos, grupo que incluye a los actuales lepidosaurios, (lagartos, serpientes y esfenodontes), que hoy rondan en las 10.000 especies y que tuvieron su origen en el mismo período que los dinosaurios, los cocodrilos, los pterosaurios y los mamíferos”.

Además, dijo que otros lepidosaurios tempranos “se han hallado en rocas de edad semejante en Europa, pero Taytalura no sólo parece ser ancestral a todos ellos en su aspecto, sino que es el primero hallado en el sur de Pangea, mostrando que la evolución del grupo no sólo ocurrió en el norte”.

Ricardo Martínez, explicó que en aquella antigüedad de Pangea de hace unos 230 millones de años, cuando todos los continentes formaban una única masa donde existían extensos desiertos, Ischigualasto era distinto, “con abundantes helechos, coníferas y plantas glossoptéridas o helechos con semilla, en un mundo que aún no conocía las flores”, dice. En ese escenario animales pequeños como Taytalura se movían velozmente cazando insectos.

El nombre

El reptil fue bautizado con el nombre de“Taytalura alcoberi”. “Tayta” que significa “abuelo” en quechua; “lura” es “lagarto” en el lenguaje cacán, de los diaguitas. Esto quiere decir abuelo de los lagartos. La especie es “alcoberi”, y es en honor a la trayectoria en el desarrollo de la paleontología de Oscar Alcober, director actual del IMCN. El sufijo “i” de alcoberi significa “perteneciente a”, explicaron desde la UNSJ.

Los investigadores, aseguran que esta especie es literalmente el abuelo de los lagartos y otros animales con escamas. “En la evolución existen los linajes diápsidos y sinápsidos. A los sinápsidos pertenece el humano y, por ejemplo, también “Pseudotherium argentinus”, aquel animalito antecesor de los mamíferos que vivió hace millones de años y cuyo cráneo se asemeja a la ardilla Scrat, de ‘La Era de hielo’. Lo que sucedió es que en el Paleozoico se produjo una bifurcación, que se da en que unos tienen una abertura temporal en el cráneo (sinápsidos) y otros que tienen dos aberturas (diápsidos), que las tienen todos los dinosaurios. Los diápsidos, a su vez, se dividieron en dos grandes linajes hace unos 250 millones de años, a comienzos de la Era Mesozoica: Arcosauromorfa, que es el que había dado origen a los dinosaurios, cocodrilos y aves, y Lepidosauromorfa o Lepidosauria, que dio origen a Squamata (animales con escamas). En este último entran los lagartos, serpientes, lagartijas, iguanas y “Taytalura” es el ancestro de todos estos animales actuales. Es un lepidosauromorfo que se encuentra entre ese diápsido muy primitivo y el camino hacia lagartos y serpientes. De allí la importancia, por eso ahora está en la Revista Nature”, reflexionó Ricardo Martínez para la Revista de la U.

El descubrimiento

Todo ocurrió en el año 2001, cuando el equipo de investigación estaba de campaña en Ischigualasto buscando fósiles. Entre sus integrantes había un voluntario aficionado a la fotografía que no paraba de disparar el flash, contaron. En una de tantas tomas captó a Ricardo Martínez levantando algo que había alertado su sentido de descubridor. De este modo, el momento exacto del descubrimiento quedó registrado y en las fotografías se puede observar al paleontólogo de la UNSJ levantando el cráneo del reptil por primera vez, sin saber aún que sería uno de los hallazgos más sorprendentes del mundo.

“Al principio lógicamente no sabían bien de qué se trataba. Pensábamos, sí, que tal vez podía ser un lagarto pequeño. Después, en 2013, lo llevamos a Estados Unidos, a la Universidad de Texas, donde le hicimos ‘CT Scan’ y entonces lo empezamos a estudiar el año pasado con detenimiento”, contó a la publicación de la UNSJ.

El investigador, explicó que el CT Scan es como una tomografía computada especial para fósiles, por la cual se puede obtener una vista 3D incluso del interior del cráneo. “No sólo tenemos los dinosaurios más primitivos conocidos en el mundo, sino que ahora resulta que tenemos al antecesor de los lagartos y de las serpientes actuales. Ese antecesor ha convivido con dinosaurios y su cráneo, que es lo que proporciona más información, estaba intacto”, dijo el investigador.