8M DÍA DE LA MUJER

Mano derecha de Sarmiento, provocadora y de avanzada: así fue la primera feminista argentina

Juana Manso (1819 – 1874) sigue siendo, a casi 150 años de su fallecimiento, una referencia imprescindible de la historia de las mujeres en el país. Un repaso reflexivo necesario en esta fecha especial.
miércoles, 8 de marzo de 2023 · 07:41

Por Mariella B. Incerti

La celebración del 8M es una fecha que siempre me pone reflexiva, estado anímico un tanto extravagante en momentos en que vivimos  bajo la tiranía de la selfie y el Tik Tok. Peor aún, si se trata de traer personajes del pasado, esos dinosaurios pesados y lentos que eran capaces de cruzar a pie una cordillera, mantener el  exilio como una trinchera o utilizar los medios de comunicación para encender hogueras.

Bastaron 55 años de nuestra incipiente República para que una mujer dejara inaugurada con su vida, la historia del Feminismo en la Argentina. 

Recorrer la apasionante vida de Juana Manso es embarcarse en un viaje por escenas retratadas en los manuales de Historia. No hay tópico relevante de la época donde  ella no haya participado ni personaje célebre a quien no hubiera conocido. Integrante en las charlas de Mariquita Sánchez de  Thompson, amiga de Esteban Echeverría y José Mármol, incondicional discípula y mano derecha de Sarmiento, colaboradora eficaz en las tres Presidencias Históricas, Juana, se forjó así misma en medio de una sociedad en donde las mujeres eran propiedad de los hombres.  

A mediados del siglo XIX, una mujer de cualquier clase social, pertenecía al padre hasta los veintidós años y luego pasaba al marido. No tenía decisión propia ni potestad sobre los hijos. 

Juana regresó a Buenos Aires tras su exilio, después de que su marido la abandonara junto a sus dos niñas pequeñas en Brasil y se fuera con su amante. En esas condiciones, intentó mantener a su familia ofreciendo lo que su experiencia y saber le permitían: enseñar. Sus servicios fueron sistemáticamente rechazados, porque la moral de la época ponía bajo 'sospecha' su condición de bien.

Poetisa, escritora, actriz, periodista, docente, Juana participó en todos los movimientos socio-culturales de su época. Incomprendida, criticada y rechazada por sus pares siempre declaró: 'Todos mis esfuerzos serán consagrados a la ilustración de mis compatriotas, y tenderán, a un único propósito: emanciparlas de las preocupaciones torpes y añejas que les prohibían hasta hoy hacer uso de su inteligencia, enajenando su libertad y hasta su conciencia'.

Luchó por una Educación pública, laica y mixta cuando esas tres definiciones eran mala palabra. La trataron de vieja loca. José Manuel Estrada a quien consideramos el padre de las Educación Secundaria, siendo Supervisor, cerró la primera Escuela Mixta del país, cuya responsable de dirigir era Juana.

Fue la primera argentina en ocupar un cargo público, sin embargo, fue enterrada en un cementerio inglés, como una extranjera, por haberse convertido al protestantismo.

' (…) he de probar que la inteligencia de la mujer, lejos de ser un absurdo, o un defecto, un crimen, o un desatino, es su mejor adorno, es la verdadera fuente de su virtud y de la felicidad doméstica, porque Dios no es contradictorio en sus obras, y cuando formó el alma humana, no le dio sexo.'

En nuestros días, hay calles, plazas, bibliotecas y escuelas con su nombre y no sabemos por qué. Ponderar sus ideales, inspirarnos en la tenacidad de su lucha y sostenerla a través del tiempo es, quizás, nuestra mejor manera de inmortalizarla y de honrarnos, hoy, como género.

 

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