Apenas se concretó este llamado amenazante al 911, las autoridades comenzaron a investigar. La medida principal fue geolocalizar el teléfono desde el cual realizaron el contacto. Así descubrieron que el smartphone estaba dentro del propio nosocomio.

Lo más sorpresivo de todo fue que el celular pertenecía a una trabajadora del propio hospital Rawson. Se trataba de una joven bioquímica llamada Rosario Cortez, a la cual entrevistaron los encargados de la investigación de este caso.

Cuando fue acusada de realizar el llamado, la muchacha rompió en llanto y aseguró que su smartphone había sido hackeado. Debido a esto, se espera que especialistas determinen si efectivamente esta versión es real.

No obstante, cabe recordar que quien efectuó el llamado en cuestión, lo hizo con una voz femenina por lo que tendría sentido pensar que esta residente es la responsable. En ese mismo sentido, hay grandes chances de que ella sea detenido a la brevedad.