En el Día de la Bandera, la doctora en Historia, Silvana Frau, visitó el programa de Canal 13, Mirá Quien Habla, donde desarrolló la visión industrializada de la Argentina que tenía el prócer. La profesional afirmaba que el país debía estar atento a los cambios que estaban produciéndose en Europa con la Revolución Industrial.

Belgrano defendía una propuesta más parecida al capitalismo, con el acento puesto en la industrialización de Argentina, en donde cada sector del país se desarrollará bajo la economía de su región. Lejos estaba su pensamiento económico de la Fisiocracia que ponderaba la riqueza del Estado a través del trabajo de la tierra.

Día de la Bandera: Belgrano, el prócer con una visión industrializada de Argentina (1)

El prócer argentino, que nació en 1770, cuando todavía el territorio argentino estaba bajo las órdenes del Virreinato de Perú, se formó en la Universidad de Salamanca en España, como abogado especialista en Economía Política. El hijo de un comerciante italiano y una criolla, tomo como ejemplo los cambios industriales que estaba llevando a cabo Inglaterra.

Día de la Bandera: Belgrano, el prócer con una visión industrializada de Argentina (2)

Vida y obra de Belgrano

En los anales de la historia argentina, pocos nombres resuenan con la fuerza y la nobleza de Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano. Abogado, economista, periodista, militar y político, Belgrano fue mucho más que el creador de nuestra insignia nacional; fue un visionario incansable cuya vida estuvo dedicada por completo a la construcción de una nación libre y próspera.

Nacido en Buenos Aires el 3 de junio de 1770,  Belgrano tuvo acceso a una educación privilegiada. Estudió en el Real Colegio de San Carlos y, posteriormente, se trasladó a España para formarse en las universidades de Salamanca y Valladolid, donde se empapó de las ideas de la Ilustración y la fisiocracia. Estas corrientes de pensamiento moldearon su visión de una sociedad justa, basada en la educación, el trabajo y el desarrollo económico.

A su regreso al Río de la Plata en 1794, su compromiso con el progreso se hizo patente. Fue secretario perpetuo del Consulado de Comercio de Buenos Aires, desde donde impulsó reformas económicas y educativas, promoviendo la agricultura, la industria y la creación de escuelas de dibujo y náutica. Su pluma, a través del "Semanario de Agricultura, Industria y Comercio", fue una herramienta poderosa para difundir sus ideas reformistas.

Con la llegada de las Invasiones Inglesas y, posteriormente, la Revolución de Mayo de 1810, Belgrano no dudó en dejar de lado su carrera intelectual para empuñar las armas en defensa de la libertad. A pesar de su falta de experiencia militar, asumió el mando de diversas expediciones, demostrando un compromiso inquebrantable y una ética inigualable. Lideró la Expedición al Paraguay, las campañas en la Banda Oriental y, con mayor trascendencia, el Ejército del Norte.

Fue durante esta etapa, a orillas del río Paraná en 1812, cuando Belgrano gestó uno de los símbolos más poderosos de nuestra identidad: la Bandera Nacional. Consciente de la necesidad de un distintivo que uniera a las tropas patriotas y las diferenciara de las realistas, creó la enseña celeste y blanca, un acto de profunda significación que trascendió lo meramente militar para convertirse en un emblema de soberanía y unidad.

A pesar de las victorias y las derrotas, como las sufridas en Vilcapugio y Ayohuma, Belgrano nunca claudicó. Su visión iba más allá del campo de batalla; soñaba con una nación organizada, con una monarquía constitucional incaica, con la protección de los derechos de los pueblos originarios y con la abolición de la esclavitud. Su entrega a la causa independentista lo llevó a enfrentar privaciones y enfermedades, siempre priorizando el bienestar colectivo sobre el personal.

Manuel Belgrano falleció el 20 de junio de 1820 en su casa natal de Buenos Aires, en la pobreza y prácticamente olvidado. Sin embargo, su legado es imperecedero. La Bandera que nos cobija, las escuelas que fundó, las ideas de progreso que impulsó y su inquebrantable espíritu de servicio constituyen los cimientos de la República Argentina. Belgrano no solo nos dio un símbolo, nos legó un camino: el de la integridad, el patriotismo y el trabajo incansable por un futuro mejor.