En una entrevista con Leo Domínguez en Canal 13, el juez penal juvenil Jorge Toro compartió una visión sobre el presente y futuro de la niñez y adolescencia en conflicto con la ley. Con décadas de experiencia en el sistema judicial de San Juan, Toro expresó preocupación por el vaciamiento de organismos clave y por las respuestas punitivistas que, según él, no resuelven el problema de fondo.

“No entiendo a Milei. No lo veo, tiene una lógica de ejercer el poder que me supera. Habita en un mundo que yo no entiendo, como las redes sociales. Yo no consumo eso, no sabría cómo interpretar un tuit o un video de TikTok”, confesó Toro al ser consultado sobre su mirada del presidente Javier Milei.

Sin emitir una crítica directa, el magistrado reconoció que su propia formación generacional y profesional está muy alejada de la forma en que el actual mandatario ejerce su rol. Sin embargo, sí dejó en claro su postura respecto a uno de los ejes centrales de la actual administración: la reducción del Estado.

“No sé si hay un Estado bobo o sobredimensionado, pero sí estoy seguro de que el mercado no va a resolver el problema de los chicos. Yo veo un permanente achicamiento de organismos que para mí son clave. Y es imposible pensar que podamos como jueces dar buenas respuestas cuando los organismos que deben ejecutar esas medidas tienen cada vez menos recursos, o directamente desaparecen”, lamentó.

Entre Vistas 29/5 | Jorge Toro – Juez de Menores (Parte 2)

Toro mencionó como ejemplo concreto la Ley 26.061, que establece el marco legal para la protección integral de los derechos de niños, niñas y adolescentes en Argentina. Esta norma creó la figura del Defensor de los Derechos del Niño, que hoy, según explicó el juez, está acéfala. “Es un organismo que debería decirnos a todos los actores: ‘vos vas bien, vos vas mal’. Y no está funcionando. La Secretaría Nacional de Niñez prácticamente ya no sesiona. Y ese cargo nunca se creó en la provincia”, puntualizó.

Cifras que preocupan, pero no alarman

Jorge Toro conduce uno de los dos juzgados penales juveniles de la provincia de San Juan. Según explicó, su fuero recibe en promedio unas 1.100 causas al año, entre delitos contemplados en el Código Penal, faltas y contravenciones. “El año pasado identificamos casi 800 autores. Muchos de los casos son delitos contra la propiedad, algunos con características de violencia y, lamentablemente, también tenemos delitos sexuales”, detalló.

"Nos ingresan unas 1.100 causas por año"

Pese a lo alto del número, Toro remarcó un dato alentador: la reincidencia entre los jóvenes no supera el 20%. “Eso significa que de cada diez chicos que entran en contacto con el sistema penal, ocho no vuelven a delinquir. Y tenemos menos del 1% que reincide de manera constante. Esos chicos suelen presentar características muy similares: vienen de contextos sumamente vulnerables, se han caído del sistema educativo y familiar, y no hay redes que los contengan”, explicó.

Respecto a los juicios, estimó que entre abreviados y debates se celebran entre 30 y 40 al año. De esos, algunos terminan con penas efectivas, aunque en muchos casos —cuando se observa un proceso de reinserción social real— se opta por penas en suspenso u otras alternativas. “Hoy tenemos solo siete chicos cumpliendo penas privativas de libertad en el Servicio Penitenciario por delitos graves. El resto de los casos se resuelve con medidas alternativas”, precisó.

Bajar la edad de responsabilidad penal no va a aumentar los niveles de seguridad

Consultado sobre el debate en torno a la baja de la edad de imputabilidad, el juez fue tajante: “Bajar la edad de responsabilidad penal no va a aumentar los niveles de seguridad. Las herramientas son las políticas públicas eficaces, no las medidas punitivas. Hay que trabajar en prevención, en educación, en salud mental. Lo otro es maquillaje”.

También cuestionó la superficialidad con la que muchas veces se aborda el tema en el ámbito legislativo: “Es un tema sensible, pero poco tutelado en Argentina. A veces nos quedamos en la superficie y no hay avances reales. La discusión en el Congreso muchas veces es más espasmódica que seria”.

"Estamos muy lejos de haber generado mecanismos donde la voz de los chicos sea realmente escuchada"

A la vez, Toro habló sobre la necesidad de construir espacios reales de escucha para los jóvenes: “Estamos muy lejos de haber generado mecanismos donde la voz de los chicos sea realmente escuchada. Todos sabemos que existe la Convención de los Derechos del Niño y el derecho del niño a ser oído, pero en la práctica, eso se cumple muy poco”.  Jorge Toro dejó en claro que, para él, la justicia juvenil no se construye con castigos sino con acompañamiento, con recursos, con equipos interdisciplinarios y con una sociedad que mire más allá del delito.

Por este motivo, explicó: “Nosotros no somos jueces para castigar, sino para acompañar procesos. Y para eso se necesita un Estado presente. Porque si desaparecen los organismos que tienen que intervenir"