En San Juan, entre un 1,7 % y un 1,8 % de la población tiene vitiligo
El dermatólogo Gonzalo Campos explicó las causas del vitiligo, sus tratamientos y cómo el clima de la provincia puede agravarlo si no se toman medidas preventivas.
En junio se conmemora el Día Mundial del Vitiligo, una enfermedad autoinmune crónica que afecta la pigmentación de la piel. En San Juan, entre el 1,7% y el 1,8% de la población vive con esta patología, según informó el dermatólogo Gonzalo Campos, quien remarcó la importancia del diagnóstico temprano y el acompañamiento médico integral.
“El vitiligo es una enfermedad autoinmune que produce la destrucción o inactivación de los melanocitos, las células encargadas de producir el pigmento en la piel. Esto genera la aparición de manchas blancas que pueden afectar distintas partes del cuerpo, incluyendo el cabello”, explicó el especialista en Canal 13.
Aunque no se conoce con precisión la causa de su aparición, Campos señaló que existen factores que influyen. “El estrés oxidativo, los antecedentes genéticos y algunas enfermedades asociadas como la celiaquía, el hipotiroidismo o la diabetes pueden tener un rol importante en el desarrollo del vitiligo”, advirtió.
Uno de los aspectos menos conocidos de la enfermedad es que no se trata únicamente de una afección estética. “En las zonas donde se ha perdido el pigmento también se ha perdido la respuesta inmunitaria de la piel. Por eso, en climas como el de San Juan, con altas temperaturas y fuerte exposición solar, es clave el uso de protectores solares como medida preventiva”, enfatizó el dermatólogo.
Campos remarcó que el vitiligo puede aparecer a cualquier edad, aunque tiene una alta prevalencia en la infancia. “A menudo se manifiesta entre los 4 y los 8 años. Por eso es fundamental que madres y padres consulten ante los primeros signos. La enfermedad puede avanzar rápidamente si no se inicia un tratamiento adecuado”, explicó.
Respecto a los tratamientos, el especialista comentó que existen diferentes abordajes según el grado y la localización de la enfermedad. “Se utilizan desde cremas con corticoides hasta tratamientos con inhibidores JAK y cabinas de fototerapia con radiación UVB de banda angosta. También se incorporan inmunomoduladores, antioxidantes y, en algunos casos, cambios en los hábitos alimentarios para mejorar la respuesta del organismo”, detalló.
Consultado sobre la posibilidad de cura, Campos fue claro: “No hay una cura definitiva, pero se puede convivir con la enfermedad. Aprender a gestionarla, buscar contención psicológica si es necesario y evitar factores que puedan empeorarla son pasos fundamentales”.
Finalmente, el dermatólogo destacó que el maquillaje o el uso de cosméticos pueden ayudar en el aspecto emocional, pero no deben reemplazar el tratamiento médico. “Son recursos que alivian la parte visible, pero la clave está en abordar el problema desde una mirada integral, con apoyo profesional y conciencia sobre la importancia de cuidar la piel”.