Más de 75 familias denuncian haber sido estafadas con la venta de terrenos en Pocito
En medio de la angustia por ver sus sueños desmoronarse, los vecinos alzaron su voz para pedir una solución y la respuesta de la vendedora
Vecinos del Loteo San Francisco, ubicado en Pocito, denuncian haber sido víctimas de una estafa inmobiliaria. Según afirman, hace años compraron terrenos a través de una escribanía, pero hasta el día de hoy no han recibido las escrituras ni cuentan con servicios básicos. La situación afecta a más de 75 familias, muchas de las cuales ya invirtieron en construcción y sufrieron robos reiterados en la zona.
El Móvil de Canal 13 llegó hasta el lugar, donde decenas de personas se manifestaron exigiendo respuestas y acciones concretas. “Hace ocho años que compré mi terreno con la promesa de que a fin de ese año tendría la escritura. Estamos en 2025 y seguimos sin nada. No hay agua, no hay luz, no hay respuestas. Nos robaron materiales, portones, y la zona se convirtió en un basural”, expresó una vecina.
La principal apuntada por los vecinos es Miriam Liliana López, a quien acusan de incumplir los compromisos asumidos al momento de la venta. “Nos sentimos desilusionados. Compramos en buena fe y hoy estamos luchando con abogados porque no tenemos ni los papeles ni garantías. Liliana López ni siquiera responde los mensajes; directamente me bloqueó”, agregó uno de los vecinos que aseguró estar representado por abogados en las áreas civil y penal.
Además del perjuicio legal, los damnificados destacan la falta total de urbanización. "Invertimos todos nuestros ahorros, compramos dos terrenos con la esperanza de construir nuestra casa. Hoy no podemos hacer nada. Ni siquiera avanzar con el IPV porque no tenemos escritura. Mientras tanto, seguimos alquilando y esperando", señaló un vecino.
Las condiciones del loteo son alarmantes: no hay infraestructura de servicios, no se han realizado obras de urbanización y la inseguridad es moneda corriente. “Cada intento de construir es un riesgo. Nos roban los materiales y no hay vigilancia. La zona está abandonada”, afirmó otro de los afectados.
El reclamo de los vecinos se canaliza ahora por vías judiciales, pero la angustia crece con el paso del tiempo. “Nos sentimos desprotegidos, vulnerables y profundamente engañados. Esta situación nos afecta emocional y psicológicamente. Nuestras familias crecieron esperando un hogar que nunca llega. Hemos agotado todos los caminos posibles”, concluyó uno de los damnificados.