Pasaron en rojo y mataron a su hijo: "Nos arrebataron a Máximo en cuestión de segundos"
Máximo Tanten era un adolescente de 19 años. Falleció mientras andaba en moto con su amigo; un auto lo atropelló. Sus padres piden justicia.
A casi un mes del trágico siniestro vial que le costó la vida a Máximo Gabriel Tanten, un joven de 19 años que participaba de una picada en Pocito, sus padres encabezaron una marcha pacífica en silencio para exigir justicia. El caso conmovió a la provincia no solo por la violencia del impacto, sino también por la polémica decisión judicial que permitió que los imputados sigan en libertad.
“Máximo lo era todo. Nos lo arrebataron en cuestión de segundos. Ya no lo tengo más. No tengo palabras para explicar el dolor que se siente como mamá, como papá”, expresó con la voz quebrada Cintia, su madre, en diálogo con Canal 13 San Juan. “Pasó el semáforo en rojo y lo único que pedimos es justicia. Que cumplan su condena donde realmente tienen que estar, y que la vida de Máximo no quede impune”, agregó.
El padre del joven, Gabriel, también se pronunció con firmeza: “Están en libertad, como si nada, y nosotros tenemos un dolor muy grande. Mi hijo era un chico laburador, se levantaba a las cinco de la mañana todos los días para ir a trabajar al hospital de Las Paredes”.
El hecho ocurrió el domingo 8 de junio en la intersección de calle 10 y Mendoza, donde Máximo se estrelló contra un auto Honda Fit mientras participaba de una carrera ilegal en moto junto a otro joven. El video captado por las cámaras del CISEM mostró que Natalia Kolker, la conductora del auto, cruzó el semáforo en rojo en el preciso momento en que la moto de Máximo se le cruzó en el camino.
Las imágenes fueron claves para que la Fiscalía imputara a Kolker por homicidio culposo agravado, y a Ezequiel Garay, el otro motociclista involucrado, por carreras ilegales. A pesar de la contundencia del video, el fiscal Iván Grassi no solicitó prisión preventiva para ninguno. Ambos continúan el proceso en libertad, aunque con medidas coercitivas.
“La señora pasó en rojo. En este caso fue mi hijo, pero podría haber sido cualquier otra persona caminando o en bicicleta. Lo único que pido es justicia, por favor”, insistió el padre.
El caso también generó indignación por otro detalle revelado en la investigación: cuatro policías motorizados fueron testigos del hecho, pero no lograron detener en el acto a Garay, quien huyó tras el choque. La Justicia aún analiza una pericia técnica clave: la sincronización exacta del semáforo, que podría definir las responsabilidades penales de los involucrados.
Mientras tanto, la familia de Máximo pide respuestas y justicia. “Él era el mayor de cuatro hermanos. Nos dejaron con un silencio inmenso, con un dolor que no se va más”, dijo su madre.