Cada 2 de mayo se conmemora el Día Mundial de Lucha Contra el Bullying, una fecha que busca visibilizar una problemática que afecta a millones de niños y adolescentes en todo el mundo. En Argentina, la preocupación es creciente: según datos recientes, el país ocupó en 2023 el quinto lugar a nivel mundial en casos de acoso escolar. Siete de cada diez chicos lo sufrieron acoso y la mayoría no se lo contó a nadie.

En diálogo con Canal 13, la especialista en infancias Silvana Bellotti brindó herramientas para comprender qué es el bullying, cómo detectarlo y qué pueden hacer los adultos para acompañar a las víctimas.

“Antes existía, pero no lo nombrábamos. Hoy sabemos que el bullying es una forma de acoso escolar, y reconocerlo es el primer paso para prevenirlo”, explicó. La especialista detalló que para identificarlo es necesario prestar atención a tres factores clave: “Tiene que ser repetitivo, debe haber un desequilibrio de poder —donde uno se impone sobre otro— y, sobre todo, hay una intencionalidad de hacer daño.”

Bellotti subrayó que no solo se debe prestar atención a la víctima, sino también al agresor y a los testigos, ya que son parte fundamental del fenómeno: “El chico que agrede también está atravesando algo, muchas veces es víctima de otro tipo de violencia. Por eso hay que abordar la situación en su conjunto.”

Además, hizo hincapié en el rol de los testigos: “El agresor necesita humillar frente a alguien. Por eso es clave enseñarles a los testigos a intervenir, a pedir ayuda, a no ser cómplices con el silencio.”

El ciberacoso también fue parte de la charla. Bellotti remarcó que “el anonimato en redes sociales refuerza los daños emocionales” y que en muchos casos el bullying se disfraza bajo burlas hacia la apariencia o el estilo del otro, por lo que es fundamental enseñar a diferenciar los distintos tipos.

Señales de alerta y el rol de los adultos

Cambios de comportamiento, tristeza repentina, irritabilidad, rechazo a ir a la escuela, alteraciones en el sueño o la alimentación, pérdida de pertenencias o la aparición de golpes son algunas de las señales que deben poner en alerta a padres y docentes.

“Los chicos no siempre pueden defenderse solos. Necesitan adultos atentos, presentes, que escuchen y actúen”, sostuvo Bellotti, y agregó: “El hogar es el primer espacio de prevención. Allí se trabaja la empatía, la tolerancia, la autoestima y la capacidad de poner límites.”

También resaltó la importancia de promover conductas asertivas desde la infancia: “El lenguaje corporal también comunica. Enseñarles a defenderse sin violencia y a expresar lo que sienten es fundamental.”

Claves para acompañar a víctimas de bullying

  • Estar atentos a cambios de comportamiento.
  • Fomentar el diálogo abierto y sin prejuicios.
  • Trabajar la autoestima y la empatía desde casa.
  • Brindar herramientas para que los chicos aprendan a poner límites.
  • Enseñar a los testigos a pedir ayuda o intervenir de forma segura.
  • Promover escuelas como espacios seguros, donde no se tolere la violencia.

Bellotti cerró con una reflexión: “El bullying deja marcas profundas, traumas que perduran. Si queremos adultos sanos, tenemos que cuidar las infancias desde ahora.”