Salvalaggio habló en redes sobre su actual estado: “Estoy mal, atornillado entero, todavía comiendo puré.”
Se trata del empresario bolichero que recibió una brutal golpiza a la puerta de su edificio.
Juan Manuel Salvalaggio, conocido empresario bolichero sanjuanino, continúa atravesando una compleja recuperación tras la salvaje golpiza que sufrió en la puerta de su edificio, en pleno centro de Capital. El ataque ocurrió el pasado 11 de abril y, desde entonces, el caso no solo derivó en una causa judicial, sino que obligó a la víctima a someterse a una operación de reconstrucción facial.
La gravedad de sus heridas fue tal que, pese a compartir una imagen en redes sociales, el propio Salvalaggio tuvo que aclarar que su aspecto actual dista mucho del que muestra esa fotografía. “La foto que subí ayer es una foto vieja de hace dos años. La realidad es que no estoy bien todavía, estoy mal, estoy ojeroso, superflaco, sin poder entrenar, todavía comiendo puré. Como me verán, atornillado entero, con unos tornillos y unas bandas queriendo acomodar la mandíbula. Así que no estoy bien. Esto es muy lentamente, muy paso a paso”, expresó en una historia publicada en su cuenta personal.
Mientras tanto, el juicio en Flagrancia continúa avanzando. Justamente este lunes se celebró una nueva audiencia en la que uno de los imputados, Mariano Ariel Riveros, declaró ante la jueza María Gema Guerrero y negó haber sido enviado a golpear al empresario. Según su testimonio, el día del hecho estaba con los otros dos imputados, Carlos Daniel Ledesma y Brian Emanuel Espinoza, cuando recibió un mensaje de Mariano “Buffet” Tomsig –también detenido– para que fuera a cobrar una deuda a Salvalaggio. “Fui a cobrarle un dinero, él me insultó y me enojé. Le di una trompada, pero Ledesma nos separó”, relató Riveros.
Afirmó, además, que no recibió dinero por agredir a Salvalaggio y que el supuesto encargo era una simple cobranza, de la que él obtendría un porcentaje. Durante su declaración también reveló que llevaba unos 20 días en San Juan, alojado primero en el Hotel Brescia y luego en un hostel céntrico.
No obstante, la Fiscalía sostiene una versión mucho más grave. El fiscal Alberto Martínez los acusa por el delito de lesiones graves, agravadas por alevosía, ensañamiento, premeditación de dos o más personas y por haber sido cometidas por un precio o promesa remunerativa.
Según el Ministerio Público, hubo planificación previa: los agresores habrían recibido fotos del empresario, se habrían hospedado a pocos metros de su domicilio y habrían actuado tras recibir información de Mariano Tomsig, quien frecuentaba un gimnasio cercano al edificio de la víctima.
Durante el juicio, también se escucharon audios clave que respaldarían la hipótesis de un ataque premeditado. Por eso, la Fiscalía rechaza la calificación de “lesiones leves” que busca imponer la defensa de los acusados, encabezada por el abogado César Jofré..
La jueza Guerrero será la encargada de dictar sentencia sobre uno de los casos más resonantes del año en San Juan, donde se entremezclan violencia, negocios nocturnos y el accionar de barrabravas.