Se cumplen 38 años de la desaparición de las manos de Perón y el caso sigue sin resolverse
El periodista Luis Eduardo Meglioli repasó detalles del enigmático robo ocurrido en 1987. Las manos del expresidente Juan Domingo Perón, junto con otros objetos personales, fueron profanadas y jamás recuperadas.
Este 29 de junio se cumplen 38 años de uno de los episodios más oscuros y enigmáticos de la historia argentina reciente: la profanación del féretro de Juan Domingo Perón y el robo de sus manos. A casi cuatro décadas del hecho, no hay responsables identificados, el móvil del crimen sigue envuelto en teorías y los objetos robados jamás fueron recuperados.
En su columna en el programa Te lo cuento por el Trece, el periodista Luis Eduardo Meglioli repasó los aspectos más inquietantes del caso. “Perón murió el 1 de julio de 1974 y esto sucedió el 29 de junio de 1987, poco más de 20 años después. Hasta el día de hoy no se supo quiénes fueron los autores de este hecho”, explicó.
Los profanadores serrucharon las dos manos del cadáver del expresidente, sustrajeron su gorra militar y su sable. Poco tiempo después, enviaron cartas anónimas —siempre en lugares donde sabían que tendrían repercusión— con un mensaje claro: exigían 8 millones de dólares a cambio de devolver los objetos.
“El juez que investigaba la causa, Jaime Far Suau, murió en un accidente de tránsito en 1988, casi un año después del robo. Su muerte fue muy sospechosa, sobre todo por la intensidad con la que estaba trabajando. Cuando él fallece, la investigación prácticamente se detiene”, recordó Meglioli.
La falta de avances impidió esclarecer si existía una deuda real vinculada al entorno de Perón, como señalaban los profanadores. La profanación ocurrió cuando los restos del expresidente estaban enterrados en la Quinta de Olivos, un lugar con fuerte custodia. “Es muy difícil que en ese lugar se haya hecho la profanación sin que nadie viera nada”, apuntó el periodista.
Uno de los detalles más llamativos del caso fue la supuesta condición de los delincuentes para devolver las manos: que la familia de Perón izara dos banderas argentinas como señal de que aceptaban negociar. Esa propuesta, por supuesto, nunca fue aceptada.
Con el paso del tiempo, surgieron teorías que vinculan el episodio con figuras como José López Rega, acusado de practicar brujería y ritos esotéricos, y con Licio Gelli, el líder de la logia italiana Propaganda Due, un personaje de enorme influencia política y conexiones mafiosas. “Se dijo que Gelli tenía una buena relación con Perón, y muchos apuntaron hacia ese lado como posible trasfondo del robo”, agregó Meglioli.
El impacto social de la profanación fue enorme. En una misa por la recuperación de las manos de Perón, con más de 50.000 personas presentes, se coreó una frase que quedó grabada en la memoria colectiva: “Las manos de Perón están en las manos del pueblo”.