En farmacias y redes sociales, el nombre “Ozempic” se volvió casi sinónimo de una solución mágica para bajar de peso. Pero detrás del fenómeno hay una droga conocida y utilizada desde hace años: la semaglutida, que si bien tiene efectos en la pérdida de peso, no está indicada para todos los pacientes y debe ser recetada por un profesional médico.

Para aclarar mitos y brindar información clara, la doctora María Celina Ferreyra (MP:4024  ME:88) médica de familia con posgrado y especializada en diabetes y obesidad, conversó con Diario 13 y explicó por qué el uso de este medicamento no puede tomarse a la ligera.

“Es una droga que tiene muchos años, no es una droga nueva. El boom es que se descubrió que también sirve para adelgazar, entonces todo el mundo la quiere, pero nadie la puede comprar sin receta”, advierte Ferreyra.

¿Qué es y cómo funciona?

La semaglutida es una hormona que el intestino secreta naturalmente, pero que se degrada muy rápido. En su versión sintética, pertenece al grupo de los agonistas GLP-1, y su uso está aprobado para el tratamiento de la diabetes. Tiene efectos muy beneficiosos: reduce los niveles de glucemia, protege el sistema cardiovascular, y actúa como antiinflamatorio para las arterias y el sistema circulatorio.

Con el tiempo, se descubrió también su impacto en la reducción de peso, lo que llevó a su popularización más allá del ámbito médico. Pero eso no significa que se pueda usar libremente.

¿Está en San Juan?

Sí, pero con límites. En San Juan se consiguen las presentaciones de hasta 1 mg, que son las dosis indicadas para diabetes. Para el tratamiento específico de la obesidad, se requiere una dosis de 2.4 mg, que no está comercializada en Argentina y solo se consigue en el exterior.

Aun así, muchos pacientes no diabéticos experimentan pérdida de peso con las dosis disponibles localmente. El medicamento puede encontrarse como inyectable o en comprimidos. En su formato inyectable se administra una vez por semana, en la zona abdominal o muslos, y los comprimidos más recientes se toman a diario.

Pero todo bajo una condición: prescripción médica obligatoria.

¿Quiénes pueden usarlo?

“No todos los pacientes pueden colocarse semaglutida”, enfatiza la médica. Antes de indicar el medicamento, el profesional debe evaluar el estado general del paciente y pedir análisis. En ciertas patologías, puede ser contraproducente.

Además, el tratamiento debe ir acompañado de un plan alimentario y actividad física. “No es magia, es una ayuda al paciente que realmente, a través de la dieta y el ejercicio, no logra descender de peso porque la obesidad es una enfermedad crónica, al igual que la diabetes y la hipertensión”, señala.

¿Cuánto dura el tratamiento?

En el caso de pacientes diabéticos, puede usarse de por vida, siempre que sea prescripto por el médico. Para quienes lo reciben con fines de descenso de peso, el tratamiento mínimo recomendado es de seis meses, y siempre con un seguimiento profesional.

“Siempre son diferentes dosis, no para todos los pacientes son las mismas”, aclara Ferreyra.

¿Tiene efectos adversos?

Los efectos secundarios más comunes son síntomas gastrointestinales leves, como náuseas o distensión abdominal durante la primera semana. Luego, suelen disminuir.

¿Ozempic o genéricos?

En Argentina existen marcas nacionales con el mismo principio activo, que pueden resultar más accesibles que Ozempic. “Dependerá del bolsillo del paciente y la indicación del médico”, dice la doctora.

¿Dónde hacer consultas?

Para quienes quieran asesorarse o iniciar un tratamiento con semaglutida de forma responsable, pueden contactarse directamente con la profesional a través de su cuenta de Instagram: @doc.celinaferreyra