Silvia perdió a su único hijo en siniestro vial y ahora dedica su vida a salvar a otros
Silvia González perdió a su único hijo en un hecho vial y, desde entonces, impulsó leyes, creó una campaña que se convirtió en señal de tránsito y lleva su mensaje por todo el país para salvar vidas.
Silvia González trabajaba como reportera gráfica en el diario La Arena, en La Pampa, cuando un hecho trágico cambió su vida para siempre: su único hijo murió atropellado por un conductor que iba bajo el consumo de sustancias y sin la licencia de conducir. El automovilista se dio a la fuga.
“Mi hijo lo mató un conductor alcoholizado, drogado, con exceso de velocidad, sin licencia de conducir, sin seguro. Se dio a la fuga”, recordó Silvia. “Era mi único hijo. No encontré mucho sentido para seguir, me costó mucho salir. Pero un día me levanté en guerra y desde ese momento no paré”.
Después de un año de depresión y de haber quedado fuera de la causa judicial ,según denunció, porque el imputado era un puntero político, Silvia decidió transformar su duelo en acción. En 2005 llegó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos en Washington para denunciar el incumplimiento de la Ley Nacional de Tránsito en Argentina. Esa presentación derivó en la creación de la Agencia Nacional de Seguridad Vial en 2008.
Ese mismo año también impulsó el nacimiento de la campaña Estrellas Amarillas, con la idea de visibilizar la cantidad de muertes que se producen en siniestros viales. “Como fotógrafa, siempre creí que una imagen vale más que mil palabras. Por eso empezamos a pintar estrellas amarillas en las calles donde fallecieron personas por hechos viales. Era nuestra manera de gritar lo que estaba pasando”, contó.La primera estrella fue pintada en 2005, en memoria de su hijo, fallecido el 1º de abril de 2003.
“Un 1 de abril, pero del 2008 mi esposo falleció tras encontrarse en la calle al asesino de nuestro hijo, que estaba suelto”, contó afligida.
La campaña creció con el empuje de familiares que no tenían recursos ni respaldo político, pero sí la determinación de cambiar algo. En 2011, lograron que la estrella amarilla se convirtiera en una señal oficial de tránsito, gracias a una ley impulsada por la senadora Nancy Parrilli. “Tuvimos que pelearla incluso contra alguien que intentó patentar la campaña para quedarse con el trabajo de todas las madres. No lo permitimos”, relató Silvia.
Finalmente, se incorporó en los exámenes para sacar la licencia de conducir el conocimiento del símbolo y el significado de las cinco puntas:
- Memoria: para no olvidar a quienes perdieron la vida.
- Conciencia: para que cada conductor entienda la responsabilidad al volante.
- Compromiso: para construir una cultura vial más segura.
- Educación: como herramienta fundamental para prevenir tragedias.
- Justicia: para que las víctimas sean reconocidas y los responsables sancionados.
Además, González fue una de las impulsoras de varias leyes como la de víctimas, la de alcohol cero y la de picadas. “Con la ley de víctimas logramos que las familias tengamos acceso a los expedientes sin necesidad de un abogado. Pero todavía faltan muchas provincias, como San Juan, que adhieran a esta ley”, remarcó.
Ahora, junto a otros familiares, continúa peleando por la modificación del Código Penal, un proyecto que ya cuenta con media sanción en el Senado y que espera ser tratado en la próxima sesión.
“Lo que no se ve es el impacto que esto tiene en la salud, en las familias. Todo lo que hay fuera de la siniestralidad vial. Por eso seguimos luchando, para que nadie más tenga que pasar por esto”, cerró.