Un martes de fe en la gruta de Fátima para conmemorar su primera aparición
Con un profundo espíritu de devoción, la jornada estará marcada por múltiples celebraciones religiosas y un mensaje que sigue resonando con fuerza.
Este lunes, la gruta de Fátima, ubicada en calle General Acha, se llenó de fieles para conmemorar la primera aparición de la Virgen a los tres pastorcitos, ocurrida el 13 de mayo de 1917 en Portugal. Con un profundo espíritu de devoción, la jornada estará marcada por múltiples celebraciones religiosas y un mensaje que, pese al paso del tiempo, continúa resonando con fuerza.
“Hoy estamos celebrando la primera aparición de la Virgen a los pastores: Lucía, Francisco y Jacinta. Fue un mensaje de paz en un contexto de guerra y sigue siendo actual”, expresó el padre Jonathan Félix, párroco anfitrión de la celebración, en Canal 13.
Durante todo el día se vivirán momentos de oración, procesiones y misas con la espera de una masiva participación de devotos que llegarán desde distintos puntos de la provincia. “Muchos vienen por el cariño y la devoción que le tienen a la Virgen. Ella tiene los brazos abiertos, recibe, escucha... cuántos han llorado ahí, cuántos han dejado sus intenciones”, comentó el sacerdote.
El cronograma incluyó una misa tradicional con los alumnos y personal de la Escuela Hogar, otra dedicada a los enfermos —con unción incluida— y una celebración central a las 20 horas, presidida por el obispo auxiliar, Monseñor Gustavo Larrazábal.
El padre Félix también destacó la figura del “Inmaculado Corazón de María de Fátima”, una advocación que representa el consuelo maternal. “Es un corazón que nos recibe, nos cuida y nos acompaña. Celebramos que no estamos solos: ella está con nosotros”, dijo, emocionado.
Además, reflexionó sobre la actualidad del mensaje mariano: “Vivimos situaciones difíciles, en nuestras familias, en la sociedad... y mirar a María es encontrar esperanza. Ella no es indiferente a lo que nos pasa”.
El mensaje se renueva ante los nuevos desafíos
En medio del Jubileo de la Esperanza, la comunidad católica atraviesa una etapa de transición espiritual tras la partida del Papa Francisco y la asunción del nuevo pontífice, León XIV. “Ha sido una experiencia doble: el dolor por la partida de un Papa que nos marcó y la alegría por la llegada de un nuevo pastor”, comentó el padre Félix.
También resaltó la conexión entre el mensaje del nuevo Papa y el legado de la Virgen: “El nuevo Papa se presentó como mensajero de paz, y la Virgen también nos dijo: recemos por la paz. Es muy significativo”.
Finalmente, el sacerdote dejó un mensaje para quienes no pudieron asistir: “No estamos solos, tenemos una madre que nos ama, no por lo que hacemos, sino por lo que somos. Que ella nos acompañe en cada situación de nuestra vida, sea de alegría o de tristeza”.