El frío y la calefacción, son dos factores que en este momento resuenan en todos los argentinos y en los sanjuaninos debido a la baja de temperatura. Por eso, Estela Kummel, profesora de química, en una entrevista vía Zoom,  brindó detalles sobre los riesgos invisibles del y alertó sobre el mal uso de artefactos para calefaccionar.

Una química explicó por qué el monóxido de carbono es letal y qué precauciones tener

Nunca jamás deberíamos calefaccionarnos con un horno ni con hornallas de cocina”, advirtió de manera enfática. Y explicó que el mayor peligro del monóxido de carbono radica en su capacidad de unirse a la hemoglobina de los glóbulos rojos con una fuerza entre 200 y 300 veces mayor que la del oxígeno. “Aun habiendo oxígeno presente, el monóxido lo desplaza. Ese es el gran riesgo: impide que el oxígeno llegue a las células de nuestro cuerpo”, indicó.

Según la especialista, esta sustancia es imperceptible: “No tiene olor, no causa picazón ni irritación, no se ve ni se siente. Es completamente silenciosa”. En ambientes cerrados y sin ventilación, una combustión incompleta puede generar una acumulación letal.

Entre los síntomas más frecuentes de intoxicación se encuentran dolor de cabeza, somnolencia, cansancio y náuseas. “Muchas veces se los confunde con malestares comunes, y ahí está el problema. La gente no le da importancia y sigue expuesta al gas”, alertó.

Kummel insistió en que no se trata de un fenómeno exclusivo de países pobres: “Sucede en Argentina, en Estados Unidos, en Europa... en todos lados”. A nivel mundial, la intoxicación por monóxido de carbono es la más común y la que más muertes provoca, incluso por encima de otras como botulismo o marea roja.

Sobre las fuentes más comunes, explicó que la combustión incompleta de materiales con base de carbono —como carbón, madera, poliuretano, gas natural, gas envasado o derivados del petróleo— puede generar este gas. Los braceros, estufas mal instaladas, calefactores en mal estado o incluso un auto encendido en un garaje cerrado también pueden convertirse en una trampa mortal.

La docente pidió realizar controles anuales de los artefactos a gas y mantener una buena ventilación en los ambientes. “Revisar calefactores, cocinas y hornos es clave, aunque no se los use para calefaccionar”, concluyó.