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"Necesito pelear contigo en eso y necesito que pelees conmigo": la carta que se volvió viral de una psicóloga

Gretchen Schmelzer escribió unas líneas para intentar explicar los padres a comprender lo que sucede en la adolescencia. La carta completa.
miércoles, 4 de marzo de 2020 · 22:07

La adolescencia es una de las etapas más “complicadas” de la vida. Es allí donde se forma y desarrolla el carácter y la personalidad de un individuo. Por eso, transitar este momento en compañía de la familia y sin sobresaltos es fundamental, aunque algunas veces se complica, el diálogo y la comunicación jamás deben faltar.

La Organización Mundial de la Salud define a la adolescencia como un el período de crecimiento y desarrollo humano que se produce después de la niñez y antes de la edad adulta, entre los 10 y los 19 años. La mayoría de los padres concuerda en lo difícil que resulta que los jóvenes comprendidos en esta particular franja etaria dejen sus teléfonos para involucrarse con el “mundo real”.

Una carta escrita en el 2015 por la prestigiosa psicóloga Gretchen Schmelzer, miembro de la Harvard Medical School Fellow, se puso en el rol de un adolescente para poder transmitirles a los padres cómo se vive esta etapa:

“Querido padre: esta es la carta que desearía poder escribir:

Estamos en lucha en este momento. Lo necesito. Necesito esta pelea. No puedo decirte esto porque no tengo el idioma y no tendría sentido de todos modos. Pero necesito esta pelea. Mal. Necesito odiarte ahora y necesito que sobrevivas. Necesito que sobrevivas a que te odie y que me odies a mí. Necesito esta pelea aunque también la odio. No importa de qué se trate esta pelea: toque de queda, tarea, lavandería, mi habitación desordenada, salir, quedarme, irme, no irme, novio, novia, sin amigos, malos amigos. No importa. Necesito pelear contigo en eso y necesito que pelees conmigo.

Necesito desesperadamente que sostengas el otro extremo de la cuerda. Aferrarme con fuerza mientras golpeo en el otro extremo, mientras encuentro los asideros y los puntos de apoyo en este nuevo mundo, siento que estoy dentro. Solía ​​saber quién era, quién eras, quiénes éramos. Pero ahora no. En este momento estoy buscando mis bordes y a veces solo puedo encontrarlos cuando estoy tirando de ti. Cuando empujo todo lo que solía saber hasta el límite. Entonces siento que existo y por un minuto puedo respirar. Sé que anhelas el niño más dulce que fui. Sé esto porque también anhelo a ese niño, y algo de ese anhelo es lo que es tan doloroso para mí en este momento.

Necesito esta pelea y necesito ver que no importa cuán malos o grandes sean mis sentimientos, no nos destruirán a ti ni a mí. Necesito que me ames incluso en mi peor momento, incluso cuando parece que no te amo. Necesito que te ames a ti y a mí por los dos en este momento. Sé que apesta ser rechazado y etiquetado como el malo. Por dentro siento lo mismo, pero necesito que lo toleres y que otros adultos te ayuden. Porque no puedo en este momento. Si quieres reunir a todos tus amigos adultos y tener un 'festival de ira-grupo-apoyo-para-sobrevivir-a-tu-adolescente', está bien para mí. O hablar de mí a mis espaldas, no me importa. Solo no te rindas conmigo. No te rindas en esta pelea. Lo necesito.

Esta es la pelea que me enseñará que mi sombra no es más grande que mi luz. Esta es la pelea que me enseñará que los malos sentimientos no significan el final de una relación. Esta es la pelea que me enseñará a escucharme a mí mismo, incluso cuando pueda decepcionar a otros.

Y esta lucha en particular terminará. Como cualquier tormenta, estallará. Y lo olvidaré y tú lo olvidarás. Y luego volverá. Y necesitaré que te aferres a la cuerda otra vez. Necesitaré esto una y otra vez durante años.

Sé que no hay nada inherentemente satisfactorio en este trabajo para ti. Sé que probablemente nunca te lo agradeceré ni siquiera reconoceré tu lado. De hecho, probablemente te criticaré por todo este arduo trabajo. Parecerá que nada de lo que hagas será suficiente. Y, sin embargo, confío completamente en tu habilidad para permanecer en esta pelea. No importa cuánto discuta. No importa cuánto me enfurruñe. No importa cuán silencioso me ponga.

Por favor, agárrate al otro extremo de la cuerda. Y sepa que está haciendo el trabajo más importante que alguien podría estar haciendo por mí en este momento.

Amor, tu adolescente".

En este sentido, Rosa Papolla, médica pediatra especializada en adolescencia y miembro del Comité de Adolescencia de la SAP, explicó que “es necesario traer a la mesa de diálogo las diferencias y confrontaciones que pueden existir, por ejemplo, al querer tener un celular porque un amigo ya lo posee o una salida nocturna donde otros adolescentes asistirán. Los padres deben abordar este tema y dedicarles tiempo: la confrontación es sana y debe saberse con anticipación que en las negociaciones se llegará a un acuerdo entre partes, que no implica que una prevalezca sobre la otra”.

“El establecimiento de los límites está contemplado dentro de los Derechos del Niño. Este marco nos permite hablar de restricciones con nuestros hijos desde un contexto más amplio que el de la decisión familiar de lo que se puede hacer o no”, completó Pappolla.