ABERRANTE
La monja del Próvolo, cómplice de violaciones, sin un juzgado que quisiera detenerla
Se llama Kumiko. Se entregó en Buenos Aires luego de recorrer numerosos juzgados y comisarías. Es una de las acusadas por los abusos sexuales a chicos en el instituto religioso mendocino Antonio Próvolo.
La monja japonesa Kosaka Kumiko, sospechada de "participación primaria" en los abusos sexuales a chicos hipoacúsicos que asistían al colegio religioso Antonio Próvolo de Luján de Cuyo se entregó hoy en Buenos Aires.
El dato curioso es que la religiosa, acompañada por su abogada, Valeria Corbacho, recorrió desde las 8 de la mañana diferentes juzgados y comisarías porteñas en la búsqueda de entregarse y en ninguno de ellos la recibieron. Esto fue así porque, a diferencia de lo que se había difundido, no había en su contra un pedido de captura internacional.
De tal modo que recién pasado el mediodía logró dar en la tecla y se ha pedido el traslado a Mendoza para que continúe el proceso y preste declaración, según pudo saber MDZ.
La religiosa estaba prófuga desde el 31 de marzo y sobre ella pesaba un pedido de captura nacional e internacional librado por el fiscal Gustavo Stroppiana.
Ahora, deberán esperar que se decida el traslado de la religiosa a la provincia, en donde se le comunicará su imputación por participación primaria en los delitos de abuso sexual y corrupción de menores.
Kumiko fue señalada por las víctimas, una adolescente de 17 años que sufrió abusos de parte del cura Horacio Corbacho (detenido en la misma causa) cuando tenía 5 años y asistía al instituto Próvolo. La joven aseguró que la religiosa no sólo encubrió los crímenes sino que se constituyó en cómplice cuando le colocó un pañal a la nena para detener la hemorragia que le había generado el abuso.
Por otro lado, el abogado de las víctimas, Sergio Salinas, explicó que de los testimonios se desprende que la monja era la encargada de "tantear" a los chicos para identificar a los más sumisos que luego serían abusados.
(MDZ)
