A 132 años de su fallecimiento

Las 8 mujeres que amó Sarmiento

Creció rodeado de mujeres, las amó profundamente, las reivindicó y trabajaron a su lado, codo a codo. Quiénes fueron las más relevantes en su vida.
viernes, 11 de septiembre de 2020 · 07:00

Las amó con pasión y con admiración. Vivió rodeado de ellas y siempre las reivindicó. Incluso, muchos de sus proyectos fueron una realidad porque puso a mujeres a la cabeza. Así, Domingo Faustino Sarmiento fue reconocido como un hombre que sintió, en algunos casos, desmedida atracción por el sexo opuesto. 

Este 11 de septiembre se cumplen 132 del fallecimiento del prócer, una buena oportunidad para contar la historia de 8 mujeres que fueron de suma importancia en su vida. Aunque hubo muchas más que estuvieron a su lado y que él admiró.

La madre

Recuerdo de Provincia, el libro icónico de Sarmiento, dejó inmortalizada a Doña Paula, su madre. Destacó de la mujer su fuerza para el trabajo cotidiano y la entereza de haber criado a todos sus hijos prácticamente sola. Clemente, su padre, era arriero y el mayor parte de su tiempo lo pasó lejos de su hogar. 

Fue por eso que Doña Paula se puso al hombro la manutención de la familia. Sus tejidos al telar, que vendía a vecinos y conocidos, sirvieron para dar de comer a todos. 

Que fuera tan emprendedora fue la cualidad que más destacó Sarmiento a lo largo de su vida. En Recuerdos de Provincia escribió: “La casa de mi madre, la obra de su industria, cuyos adobes y tapias pudieron computarse por varas de lienzo tejidas por sus manos para pagar su construcción”.

La hija

Ana Faustina fue producto de un amor adolescente. Sarmiento vio el rostro recién nacido de su única hija el 18 de julio de 1832, cuando se encontraba exiliado en Chile. La pequeña nació en Los Andes y su madre fue María Jesús, una alumna del sanjuanino. 

No se sabe a ciencia cierta por qué la mujer le entregó la niña a Sarmiento. Hay historiadores que afirman que fue porque era soltera y de familia acomodada. Quería evitar la vergüenza de tener un hijo sin haberse casado. 

Faustina acompañó a su padre hasta sus últimos días. Fue Doña Paula quien le ayudó en su crianza y Sarmiento no dudó en instalarlas con él cuando se estableció en Chile. La hija se casó muy joven con Julio Belín, con quien tuvo 6 hijos, entre ellos Augusto editor de las obras de su abuelo y Eugenia, quien pintó uno de sus retratos más conocidos.

 

Las hermanas

Siempre estuvieron cerca, más allá de la cordillera que los separó una y otra vez, o el océano cuando emprendía un nuevo viaje. Para Sarmiento, sus hermanas fueron clave en muchos de los proyectos que llevó a cabo. Doña Paula tuvo más hijos pero la mayoría falleció a una corta edad.

A Bienvenida la puso al frente de la creación de una escuela, Rosario manejó su casa cuando el sanjuanino dejó la presidencia, Procesa lo acompañó a Copiapó, donde dio clases en una escuelita en las minas y Paula dio clases en Putaendo, Chile. 

Sarmiento las admiraba y las amaba. También confiaba en cada una de sus habilidades. Es por eso que Bienvenida fue su pilar en cuanto proyectos políticos y mano derecha de Sarmiento en toda iniciativa educativa, De hecho, la puso al frente del Colegio Santa Rosa, mientras que a Procesa la contuvo emocionalmente cuando enviudo. Rosario estuvo cerca durante los últimos años y  de Paula le preocupó  su precario estado de salud. La apodaron la Santa y fue una de las fundadoras de la Sociedad de Beneficencia.   
Procesa se dedicó a la pintura y llegó a ser profesora de dibujo. En 1854 fundó un colegio de arte en Santiago de Chile y en Mendoza.

La esposa

 La historia de amor entre el sanjuanino y la chilena Benita Pastoriza siempre tuvo puntos tensos, con un final complejo. Sin embargo, durante la época que vivió en Yungay junto a ella, fue una de las más tranquilas de su vida.

Benita era la esposa de un amigo del padre de Sarmiento, Domingo Castro y Calvo. La conoció cuando todavía estaba casada.  Hay historiadores como Natalio Botana e Ignacio García Hamilton, que afirman que Dominguito, hijo de Benita durante su primer matrimonio, en realidad era hijo biológico de Sarmiento. 

La relación tuvo idas y venidas, mucha distancia y en medio el fantasma de la infidelidad por ambos lados.

La amante

Aurelia Vélez Sarsfield fue la mujer que amó durante más de tres décadas. Tanto así que una de las cartas más emocionantes que le escribió el prócer fue poco antes de dormir. "Venga, juntemos nuestros desencantos para ver sonriendo pasar la vida, con su látigo cuando castiga, con sus laureles cuando premia", escribió Domingo Faustino Sarmiento un día de julio de 1888, dos meses antes de su muerte, mientras estaba en Paraguay.

Aurelia era la hija de Dalmacio Vélez Sarsfield, uno de los mejores amigos de Sarmiento y tenía 25 años menos. Sarmiento la conoció cuando ella era una niña. Su relación fue polémica porque se dio cuando ambos estaban casados. Las cartas que se escribieron fueron motivo de discordias familiares 

Fueron pocas las veces que pudieron estar juntos. Por eso, hubo innumerables cartas ente ellos durante 3 décadas.  Tras la muerte de Sarmiento, Aurelia se fue a Europa y volvió al país una década después. Murió sola y rica, un 6 de diciembre de 1924.