Cultura

Y una noche, Borges recibió el Nobel

Esteban Feune de Colombi en la performance de entrega premio Nobel literatura a Jorge Luis Borges. Ocurrió durante la inaguración del Filba 2018.
jueves, 11 de octubre de 2018 · 14:39

El Premio Nobel que presentó esta noche la décima edición del festival FILBA de literatura no es otra vez el viajero frecuente J.M. Coetzee, sino un Nobel póstumo, al más grande escritor argentino y uno de los autores decisivos del siglo XX: Jorge Luis Borges. Ante una veintena de invitados internacionales y más de cien participantes nacionales, el anuncio tuvo lugar en el desbordado cine del museo MALBA, donde se llevó a cabo la ceremonia de apertura del FILBA, que este año tendrá sedes en Buenos Aires, Montevideo y Santiago de Chile.

Tras el discurso de inauguración, pronunciado por la francesa Catherine Millet, acerca del feminismo y sus luchas, sobrevino el anuncio del Nobel, a un hombre que nunca tuvo fortuna con las mujeres. Basada en una idea del filólogo e investigador Juan José Mendoza, ejecutada por el poeta y actor Esteban Feune de Colombi y el director Marc Caellas, la reivindicación de Borges, convenientemente matizada con ironía, replicó algunos protocolos de la ceremonia del Nobel tal como se estila en Estocolmo.

Ya que este año no habrá Premio Nobel de Literatura, debido a los escándalos y denuncias que produjeron un éxodo en el jurado, el FILBA decidió constituir un Comité Internacional de Escritores, conformado por la propia Millet, Mathias Énard, J. P. Cuenca, Fernando Savater, Alberto Manguel, Teresa Cremisi, Marta Sanz y Cristina Rivera Garza, Jorge Carrión, Fernanda Trías y Leo Felipe Campos, para ofrecerle al fin a Borges el galardón que la Academia Sueca se negó a otorgarle durante décadas.

Así fue que, disfrazado con un atuendo de diplomática sueca y zoquetes de bailarina, Esteban Feune proclamó que “los acontecimientos que son de público conocimiento han mostrado la crisis que embarga a la Institución que históricamente se encargara de otorgar la premiación. No pudiendo bajo ningún pretexto permitir que este año el Premio sea declarado desierto so pena de la irresponsabilidad de los académicos que nos anteceden, un Comité Internacional de Escritores asume la responsabilidad de entregar el Premio Nobel de Literatura 2018 a: Jorge Francisco Isidoro Luis Borges Acevedo”.

A continuación, la portavoz del Comité leyó el discurso de anuncio del premio, subrayando que Borges “sentía, quizá trágicamente, la vacuidad de las ceremonias, de las reuniones, de las academias, de los aniversarios y de los ritos, pero esas máscaras lo divertían. Sabía aceptar y sonreír”. Asimismo, puntualizó que “la literatura actual es inconcebible sin Borges. Su obra no ha envejecido, pudo haber sido escrita esta mañana”. No sin autoironía, señaló: “¿Para qué molestarlo con elogios que se parecen tanto a la parodia y tan poco a la comprensión?”.

Para rematar, la representante del Comité lanzó un hilarante ataque hacia la Academia: “Los suecos siempre haciéndose los suecos. El origen etimológico de la expresión ‘hacerse el sueco’ está en la palabra latina soccus, que derivó en “zueco”, amén de otros términos como zocato y zoquete. El zueco es un zapato de madera de una pieza o un zapato de cuero con suela de madera o de corcho. Pero un zueco es también el tipo de pantufla que llevaban los actores cómicos en el teatro romano clásico. Así pues, hacerse el sueco equivale a hacerse el tonto, el torpe, tal y como hacían para provocar la risa los actores de comedia. Sin querer ponderar si los suecos son mejores comediantes que los argentinos, reiteramos formalmente que el Premio Nobel de Literatura del año 2018 es para Jorge Luis Borges”.

Minutos antes, lo había precedido un breve video con fragmentos de entrevistas a Borges, invariablemente brillante. Sus declaraciones rozaban todas la cuestión del reconocimiento internacional y la aparente broma de la Academia Sueca de nominarlo siempre y no premiarlo nunca. El célebre devoto de las sagas alude a “una tradición escandinava, me nominan para el premio y se lo dan a otro… Todos los años me proponen, todos los años me olvidan, eso da prueba de cierta simetría”, bromeaba Borges, un hombre que parecía constitutivamente incapaz de llegar al hartazgo. “Siempre recibiré el Nobel el año que viene”, soltaba. Cuando en 1979 el premio fue obtenido por el poeta griego Odysseas Elytis, Borges admitió que no lo había leído y agregó: “Posiblemente los jurados tampoco”.

Por si acaso el premio le fuera otorgado y su país osara reclamarlo como un trofeo nacionalista, el autor de Ficciones advertía: “la literatura no es nacional, el premio no es nacional. Si me lo hubieran dado, lo habría obtenido yo, pero no el vigilante de la esquina”. Él se conformaba, como comenta en una de las entrevistas proyectadas, con estar “en el centro de un vasto círculo de amigos invisibles”, sus lectores, a quienes les aconsejaba, de paso, leer a otros.

El cine del museo MALBA festejó de manera ruidosa y total. “La unánime noche”, había anticipado Borges. Entre el público se contaban fanáticos lectores suyos, como los poetas Anne Carson y Raúl Zurita, los escritores Fabio Morábito y Alberto Nessi, entre otros. Lo seguro es que la embajada de Suecia no se contará entre los auspiciantes del FILBA del año que viene.

 

Fuente: Clarín

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